Perdía por 13 puntos, pero en el último cuarto de hora resurgió e hizo dos tries para batir al Jockey y clasificarse.
Tan estrecha como dificultosa resultó la clasificación del CASI, que encontró en su espíritu de lucha la vía de salvación . La Academia se ganó un espacio entre los ocho mejores al superar por la mínima diferencia (21-20) a Jockey Club, de Rosario, conjunto al que le faltó la convicción para proteger un marcador que en la segunda parte, después de sobreponerse a la gran cantidad de imprecisiones del capítulo inicial -fundamentalmente de control de pelota-, había logrado afirmar (ganaba 20-7 y tenía viento a favor).
Durante la primera etapa, ambos equipos se debatieron con sus propios errores; los rosarinos porque, a pesar de cierto dominio, no pudieron rematar las situaciones de peligro, y el CASI porque estuvo fuera de sintonía. Los visitantes corrigieron sus desajustes, y en 25 minutos concretaron lo que antes no habían conseguido. Juan Martín Baetti, con su puntería, comenzó la recuperación, que se reforzó con la buena conquista de Marquardt y el drop de Amelong.
El Atlético se veía desbordado cuando le abrían la cancha, además de no mostrarse contundente en la primera línea defensiva. Así y todo, no bajó los brazos. La desesperación por salir a flote lo rescató. La primera ofensiva en velocidad y con pases justos terminó con Salcedo en el in-goal; la magistral conversión de Báncora -esquinada y con rebote en el palo incluido- fue clave. Con ese try, los sanisidrenses se aproximaron bastante (14-20) y los últimos 12 minutos lo tuvieron más entonado para creer en la recuperación definitiva, rubricada con la anotación de Fasano y otro acierto de Báncora que, próximo a cumplir 36 años y después de una temporada sin aparecer en la formación principal, cumplió con una actuación para el recuerdo.
Por Santiago Roccetti
De la Redacción de LA NACION