Si bien los entrenadores neozelandeses siempre han llevado sus habilidades al extranjero, la visión de varios miembros de los asistentes del anterior entrenador de los All Blacks, Ian Foster, luciendo el traje de gestión de otros países ( Joe Schmidt ahora entrenará a los Wallabies y Andrew Stawbridge será entrenador consultor de Inglaterra durante la primeras cuatro semanas de las Seis Naciones, deja en evidencia el nivel de técnicos que posee el país donde el rugby más que un deporte, es una religión.
Brown, según se informó en Sudáfrica, está a punto de ser el último neozelandés de alto perfil en unirse a otro país que intentará enfrentar a los All Blacks con todo lo que eso significa.
Después de haber ayudado a otro ex-All Black, Jamie Joseph, con Japón desde 2018, el entrenador de los Springboks, Rassie Erasmus, le concede permiso a Brown para compartir ideas sobre cómo agregar vigor e innovación al ataque del campeón mundial.
Aunque los Springboks alinearon a siete forwards en su banco en la victoria por 12-11 sobre los All Blacks en la final de la Copa del Mundo en París el año pasado, lo que hizo que algunos se preguntaran si estaba en el espíritu del juego, sería un error pensar que se tomó esa decisión porque los tres cuartos no tenían la habilidad o la velocidad de pensamiento para ser una amenaza con la pelota en su poder.
Si bien eran culpables de estrategias mundanas, ver a los backs sudafricanos repetidamente jugando de manera reiterada con el pie, lo que que hacía que los párpados se cerraran, los Boks todavía tenían una cantidad de atletas cinco estrellas con dos dígitos en sus espaldas; A Kurt-Lee Arendse, Cheslin Kolbe, Damian Willemse, Damian de Allende y Jesse Kriel a los cuales no se les podría dar ni un centímetro de espacio porque de lo contrario harían daño en la defensa rival.
Durante varias temporadas en Highlanders, como asistente de Joseph y más tarde como entrenador, Brown introdujo nuevos movimientos y jugadas con algunos trucos; El equipo no contaba con un plantel con los mejores operadores, pero tenían la confianza para manipular y exponer a los tackleadores y así poder anotar tries.
Los entrenadores Kiwi de calidad están en todo el mundo. Dos de los antiguos asistentes de Foster que fueron despedidos a mediados de 2022, John Plumtree y Brad Mooar, se unieron a los Sharks en Sudáfrica y Escocia respectivamente, este último como asistente.
Warren Gatland sigue siendo el entrenador de Gales, y Andrew Goodman, quien ayudó al nuevo entrenador de los All Blacks, Scott Robertson, cuando estaba a cargo de los Crusaders, acordó unirse al staff de Irlanda bajo la dirección de Andy Farrell a finales de este año. El ex entrenador de los All Blacks, John Mitchell, es ahora el seleccionador femenino de Inglaterra.
Sería imprudente esperar que NZ Rugby retenga todo el talento. No es posible; Dado que sólo hay cinco equipos de Super Rugby por debajo de la configuración de los All Blacks, algo tiene que ceder.
Varios operadores experimentados han regresado. Joseph está de regreso en Highlanders en un rol que le exige liderar el programa de rugby, incluido el reclutamiento y retención de jugadores y asesorar al entrenador Clarke Dermody.
El ex entrenador de Escocia y Fiji, Vern Cotter, es el entrenador de los Blues, y el ex entrenador de Canterbury, Rob Penney, después de haber completado temporadas en Irlanda y Japón, ha reingresado al sistema de Nueva Zelanda para reemplazar al actual entrenador de los All Blacks, Scott Robertson, en los Crusaders.
Greg Feek, quien trabajó como entrenador de scrum de los All Blacks con Foster, también permaneció en casa después de firmar un acuerdo con los Blues.
Cada hombre, a su manera inimitable, tiene el potencial de agregar valor a quienes lo rodean.
Así como Brown, quien rechazó la oportunidad de ayudar a Foster cuando fue nombrado entrenador de los All Blacks después de la Copa del Mundo de 2019, podría hacerlo si se vincula con los Springboks.
Si consigue la firma de Brown, Erasmus registrará una gran victoria mucho antes de que se abra la ventana internacional para los negocios.
Detener el ataque de los Springboks que potencialmente puede profundizar en un libro de jugadas que contiene un cóctel de los movimientos y conceptos de Brown podría ser una pesadilla para los oponentes de los Boks.
Al menos los All Blacks sabrán lo que se avecina. Lo difícil puede ser asfixiar esos planes. Como Brown demostró en el pasado, eso no siempre es fácil.
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Créditos: thehighlanders.co.nz