La fundación, asociada a World Rugby Spirit of Rugby, ha sido golpeada financieramente por el COVID-19 pero aún así no ha dejado de trabajar en su objetivo de promover el desarrollo social a través del deporte y la educación.
Unirse, empoderar e inspirar. Ese es el mantra que ha sostenido el trabajo de la Bhubesi Pride Foundation (BPF) en África en los últimos ocho años.
Hoy, la fundación que está asociada al World Rugby Spirit of Rugby en 2019-20, utiliza el rugby y el cestobol como herramienta educacional en ocho países africanos: Botswana, Kenia, Malawi, Mozambique, Sudáfrica, Tanzania, Uganda y Zambia.
Su expedición anual, mientras tanto, conecta voluntarios de todo el mundo con el staff de BPF y socios locales para ofrecer deportes, educación y programas de legado que promuevan desarrollo social.
El objetivo final de la organización, con base en Gran Bretaña, es establecer organizaciones no gubernamentales en los países en los que funciona. BPF ya ha logrado eso en Malawi, donde estar cerca de completar un centro comunitario como parte de un proyecto en un pueblo cercano a la capital Lilongwe.
“En Malawi, identificamos un espacio de tierra que compramos, establecimos una ONG y ahora estamos construyendo allí un centro deportivo y educativo,” dijo Richard Bennett a World Rugby.
“Esto nos representa totalmente, el poder ofrecer el mejor recurso posible para desarrollar nuestro programa y trabajo.”
“Tenemos un oficial local de desarrollo llevando a cabo los programas; para este proyecto en sí, juntamos casi £300,000.”
“Tendremos un campo de deportes, dos canchas de cestobol y multi-deportes, vestidores, una sede, dos aulas y espacios educativos, una casa para el gerente del proyecto, que será de Malawi, a cargo del proyecto in situ y también alojamiento para colegios del extranjero que quieran visitar, voluntarios o quien quiera venir y ser parte de lo que estamos haciendo.”
EDUCANDO LAS COMUNIDADES
A pasado casi una década desde que Bennett tuvo la idea de comenzar con una caridad para educar a través del deporte en África, promoviendo desarrollo social en comunidades rurales a lo largo de África.
Bennett creció en Sudáfrica antes de viajar a Gran Bretaña, donde completó sus estudios y se convirtió en maestro en un colegio independiente.
Entrenador de tenis y rugby, sintió que podría tener mayor impacto si enfocaba su energía en ayudar a jóvenes en el continente donde nació, tras un viaje de reconocimiento en 2011. Lideró su primer expedición bajó el nombre Bhubesi un año después.
Wordsworth Rashid invitó a Bennett a quedar con él y su familia en Lilongwe durante aquella primera misión hace nueve años. Luego, Rashid dirigió proyectos pilotos para la caridad en 2016 y 2017, antes de ser nombrado oficial de desarrollo en 2018.
“Trabajamos con unos 40-45 entrenadores locales en esa zona, y muchos se han inspirado con el trabajo que hacemos y, obviamente, viendo el trabajo de liderazgo de Wordsworth,” Bennett said.
“Quisiéramos poder emplear a varios en el BPF Malawi como entrenadores.”
La pandemia del COVID-19 le ha generado a BPF “serios desafíos financieros,” según el CEO de la organización, Gareth Nokes.
La expedición 2020 de BPF había comenzado en Tanzanía, habiendo ya visitado Kenia y Uganda, cuando Bennett y Nokes decidieron posponer el viaje en marzo.
PROGRES EN MEDIO DE LA PANDEMIA
Nokes, que acaba de sumarse a la organización en enero, estaba en el viaje con su mujer, mientras que otros voluntarios debieron ser repatriados a países tan lejanos como Canadá y Chile. Los voluntarios y colegios que tenían previsto viajar durante el año, incluyendo alumnos de Bedford y Harrow, tuvieron que cancelar.
Esto tuvo un impacto económico en la caridad, pero BPF pudo mover fondos que había asegurado para 2020 para ayuda humanitaria para ayudar a las comunidades con las que la organización trabaja.
El proyecto en construcción en Malawi, por su parte, pudo avanzar con distanciamiento social para los doce obreros que a diario trabajan.
“Los fondos ya comprometidos para esos programas de 2020 fueron redirigidos para actividades humanitarias. Iniciamos programas ofreciendo a los beneficiarios agua, para que se limpien las manos, información sobre el COVID-19, o lo que fuera necesario,” explicó Bennett.
“En los últimos meses, pudimos completar el alojamiento y comenzamos a trabajar en el clubhouse, que obviamente tiene vestidores y una terraza para ver las actividades, además de dos aulas.”
“Entonces, eso está encaminado gracias a nuestro equipo y quien conduce el proyecto que han podido seguir trabajando. Eso es increíble.”
World Rugby