Brian Ormson, jugador de Pucará, disputó su segundo Junior World Championship, y esta vez, a la chance de vestir la camiseta argentina, se le sumó la oportunidad de ser el capitán.
Por eso, y porque jugó todos los partidos, es una voz autorizada para analizar lo que fue la presentación de Argentina en Italia.
¿Cuál es el sentimiento general de grupo ahora que concluyó el Mundial?
– Estamos un poco tristes porque caemos en la cuenta de que se terminó un proceso. El campeonato fue muy lindo y muy bueno en muchos sentidos. Nos da melancolía terminar porque para muchos va a ser el último. También nos vamos con alegría por haber ganado tres partidos, aunque creemos que estábamos para un poco más, que en noveno puesto.
¿Por qué pensás que no se pudo terminar más arriba?
– Porque no fuimos constantes durante los partidos. Nos costaba estar estables durante los 80 minutos. Por momentos le agarrábamos el ritmo y nos iba bien, pero no podíamos mantenerlo durante todo el partido y eso nos complicó bastante.
¿Y qué cosas hicieron bien en cuanto al juego?
– Nuestro fuerte fue el scrum. Durante todo el Mundial fue una formación muy importante para nosotros y la pudimos manejar muy bien. También es rescatable que supimos jugar en toda la cancha y de esa manera nuestro juego se hizo más completo. Nos entendimos muy bien entre forwards y backs y eso sirvió para que podamos desplegar nuestro juego de la mejor manera posible.
¿Qué balance general hacés del juego de Los Pumitas?
– Sin duda, fuimos de menor a mayor. El primer partido, con Gales, no fue muy bueno. Quizás fue una derrota lógica por la presión de debut. Ante Italia mejoramos mucho nuestro juego. Luego, con Nueva Zelanda, hicimos un gran partido. Después empezamos a sentir el cansancio por haber jugado tantos partidos en poco tiempo y eso por momentos nos hizo difícil mantener un nivel alto. De todas formas pienso que llevamos a la cancha todo lo que habíamos planeado y entrenado, sobre todo con Nueva Zelanda.
¿El partido ante los Baby Blacks fue el mejor de Los Pumitas?
– Sí. Suena un poco raro decir que el mejor partido fue una derrota, pero fue así. Nueva Zelanda era el campeón de este torneo desde antes de empezar a jugarlo, así que haber tenido un buen desempeño en el partido con ellos, le da un plus a lo que hizo Argentina.
¿Cómo fue la convivencia entre la delegación?
– Por suerte fue muy buena. Tenemos una excelente relación entre todos y eso facilitó mucho la convivencia. Es muy importante a la hora de jugar un Mundial que nos llevemos bien entre todos, porque sino fuera así, se hace muy largo. Todos pudimos disfrutar mucho de la estadía en Italia, los partidos y los paseos que tuvimos la oportunidad de hacer en los días libres.
¿Cómo fue tu experiencia personal en la Copa, teniendo en cuenta que fuiste el capitán de Argentina?
– El Mundial en Italia fue una experiencia inolvidable para mí. El hecho de haber sido capitán fue un honor y una responsabilidad muy grande. Espero haber cumplido con el rol de la mejor manera posible. Les agradezco muchísimo a mis compañeros por haberme ayudado y haberme facilitado mucho las cosas.
¿En qué aspectos te parece que este segundo Mundial tuyo te ayudó a crecer como jugador?
– Pienso que maduré en muchos sentidos. Por supuesto que siempre hay cosas que seguir mejorando y aspectos en los cuales seguir creciendo, pero fue un campeonato muy bueno para mí. Ahora espero volver, descansar y meterme de lleno con mi club, Pucará.
UAR
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