Para el entrenador de Old Resian, Miguel Alonso, un gran avance sería que los árbitros se profesionalicen para poder volver a disputar la formación, los referís necesitan más herramientas. Las nuevas normas fueron para frenar las lesiones y concientizar.
Después de los accidentes cervicales sufridos entre 2016 y 2017, la Unión Argentina de Rugby tomó varias medidas para ponerle un freno a esos accidentes. Luego de lanzar un programa de concientización interno, dedicado en especial para los primeras líneas, profundizó su política de prevención.
El Litoral fue una región golpeada y en la que se produjeron varios hechos: Ignacio Maeders (Duendes) e Ignacio Spontón (La Salle, Santa Fe). En el ámbito nacional, según una nota publicada por el diario La Nación, en los últimos 51 años, 18 jugadores fueron víctimas de lesiones catalogadas graves mientras disputaban un scrum.
La prohibición de empujar más de un metro y medio, más la presencia de uno de los árbitros asistentes junto al árbitro principal en todas las formaciones del encuentro, fueron los cambios principales que se introdujeron para preservar la integridad del deportista.
Además, se agregaron otras reglas: hookeo (taconear la pelota para atrás) obligatorio y por parte de cualquiera de los tres primera líneas de cada equipo, y la posibilidad de que el octavo (el que está en la cola de la formación) pueda tomar la pelota (en situación de ataque extremo) cuando se encuentra en las rodillas de sus segundas líneas. Todas estas medidas fueron orientadas para que la pelota salga rápido del scrum y que la formación dure el menor tiempo posible.
En el resto del mundo, estas alteraciones en el reglamento no están vigentes, y las diferencias fueron evidentes cuando el seleccionado de Rosario se enfrentó a su par de Uruguay el pasado 4 de agosto: el pack del Ñandú se vio favorecido por estás reglas, ya que Los Teros no lograron adecuarse y sufrieron la desventaja.
“Para volver a ser competitivos necesitamos que los árbitros den un paso adelante –le dice Miguel Alonso, entrenador de scrum de Old Resian, a El Hincha-, porque es demasiado el sacrificio que hacen personas que dejan el laburo y la familia, y con el poco tiempo que les queda se preparan, con videos o estudian el reglamento. Necesitamos profesionalizar ese aspecto del juego”.
Alonso tiene experiencia en el rugby profesional europeo: jugó en Viadana y Petrarca, en Italia, y en Yorkshire Carnegie, en Inglaterra. Sabe de qué habla. “En su momento fue una solución para detener el problema de las lesiones, concientizar, y que la gente se dé cuenta que la UAR no es indiferente a estas lesiones –explica-. Ahora de a poco estamos volviendo con el impacto, calculo que se dará en poco tiempo y tras un pedido de Mario Ledesma, vamos a volver con el empuje de más de un metro y medio”.
También los jugadores tienen que aportar su parte para la seguridad e integridad de todos durante el scrum. La lealtad para disputar la formación debería ser ley. “Si los jugadores siguen trabajando como lo están haciendo, escuchando a los entrenadores y siendo honestos en esa faceta del juego, no debería haber problemas. Hay muchos penales y mucho reseteo. Hay muchas infracciones que se pueden prever, se pueden anticipar antes de la entrada, con los hombros, con la posición de los pies, con los agarres, me parece que ahí es donde podemos crecer un poco más”, explica Alonso.
Según el especialista, el Torneo del Litoral tiene un buen nivel de scrum, aunque ese buen nivel se encuentra entre las primeras cinco opciones de cada equipo. Más allá de eso, es distinto. “En el banco de suplentes hay una gran diferencia”, explica.
Las lesiones provocadas por el scrum se convirtieron en un tema delicado, incluso para que el mundo del rugby lo aborde. No todos quieren hablar del tema. Pero también se sabe que no puede pasar tanto tiempo hasta encontrar una salida a las reglas que sirvieron para frenar los accidentes. El scrum es una formación fundamental para el rugby. Los forwards juegan su partido ahí.
Pero para volver a jugar con las reglas internacionales del scrum se deben combinar varias situaciones. Nadie quiere cambiar para otra vez poner en riesgo a los jugadores, el mundo ovalado no va a permitir. De ahora en más -y para siempre- se necesita un scrum seguro y obligatorio para todos.
Por Lisandro Olearo
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