LONDRES (Reuters) – El entrenador de la selección de rugby de Irlanda, Declan Kidney, evitó decididamente cualquier tipo de especulación acerca de un posible grand slam de su equipo en el torneo Seis Naciones de este año.
Pese a que el conjunto irlandés mantuvo su racha de triunfos al vencer 22-15 a Escocia el fin de semana y está a un partido de lograr su primer título con grand slam desde que el país se convirtió en república en 1948, el entrenador optó por mantener el perfil bajo.
Ante la pregunta de las posibilidades de un grand slam, Kidney dijo a periodistas: “No, todavía no. Jugamos como visitante ante Gales la semana que viene y hay mucho por jugar, pero lo estamos disfrutando”.
El modesto enfoque adoptado por Kidney le ha servido mucho a Irlanda en la actual temporada, tras algunos años de mucha publicidad sobre su generación de oro que no dieron frutos.
Pese a sus talentos, Irlanda no ha logrado nada más que tres triples coronas en la primera década del siglo XXI y está buscando su primer título en el Seis Naciones desde 1985.
Kidney, un ex profesor de matemáticas que guió al club Munster a ganar la Copa Heineken en el 2006 y el 2008, asumió como entrenador de la selección irlandesa en mayo del año pasado luego de la renuncia de Eddie O’Sullivan, tras una frustrante actuación en la Copa Mundial del 2007.
“Es bueno que la gente tenga expectativas (en Irlanda), porque eso muestra la confianza en nuestra capacidad, pero creo que uno también debe ser realista”, remarcó Kidney.
De todos modos, los directivos irlandeses seguramente sabían que el Seis Naciones del 2009, con partidos en casa ante Francia e Inglaterra, representaba un gran oportunidad.
Por su parte, Kidney mantuvo su fe en la capitanía de Brian O’Driscoll y el centro respondió con su mejor nivel y una gran regularidad.
El entrenador mantiene en la selección la base de su exitoso Munster, con los segunda línea Paul O’Connell y Donncha O’Callaghan en buen nivel, al igual que el ala Stephen Ferris, el fullback Rob Kearney y el wing Luke Fitzgerald.
Kidney sabe que su equipo tiene la oportunidad de hacer historia el sábado desde las 1730 GMT en el estadio Millennium de Cardiff, pero se niega a imaginar lo que podría suceder.
“Hay varias cosas mejores que tener que ir a Cardiff a vencer a Gales”, subrayó el entrenador de Irlanda.
“Seré acusado de manipular psicológicamente, pero ellos son los campeones con un grand slam, juegan en casa y por el título, juegan por la posibilidad de una triple corona y además hicieron descansar a la mayoría de sus jugadores esta semana. ¿Algo más?”, ironizó.
Gales deber vencer a Irlanda por al menos 13 puntos para poder retener el título.
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