Es que el Consejo de la RFU y la junta de la liga han decidido implementar un play off de ida y vuelta entre el equipo que termine último y el campeón del RFU Championship (segunda división), siempre y cuando este último cumpla con los estándares mínimos de criterio para competir en la élite.
“Esto sigue permitiendo el ascenso y el descenso, pero también equilibra los cuidadosos retos financieros de los clubes y garantiza que los clubes ascendidos puedan competir de forma sostenible”, expresó la RFU en un comunicado.
El último equipo en ascender a la Premiership fue Saracens, en 2021, luego que fuera sancionado con la quita de 105 puntos y una multa económica por incumplir el tope salarial, lo que derivó en el descenso. A los Sarries les llevó apenas una temporada en volver a la máxima categoría.
Desde entonces, en la liga inglesa no se ha permitido que los últimos ganadores del RFU Championship (Ealing Trailfinders en 2022 y 2024 y Jersey Reds en 2023) puedan medirse con los mejores del país y se bloquearon los descensos, algo que resultó un alivio para quienes terminaron últimos en las campañas anteriores, Bath (2022) y Newcastle Falcons (2023 y 2024)
Además, se aprobó una mayor flexibilidad en los Criterios para el ingreso a la Premiership. Con el nuevo sistema, los ascendidos tendrán más tiempo para cumplir con los requisitos de capacidad de su estadio. Se les permitirá aumentar la capacidad de 5.000 a 7.500 espectadores, y finalmente a 10.001 como máximo al inicio de su cuarta temporada.
Este ajuste brindará a los equipos con aspiraciones de ascenso más tiempo para adaptarse y facilitará una transición más fluida en cuanto a la inversión en infraestructura. A partir de la temporada 2024/25, la responsabilidad de definir los CSM será transferida a la Junta de Rugby Profesional.
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