Los míticos All Blacks y el torneo de las Seis Naciones europeo se ven “tentados” por los fondos de inversión en una relación que parece volverse una costumbre en esta disciplina.
Este matrimonio puede, en términos financieros, oxigenar al rugby, uno de los deportes más golpeados por la crisis sanitaria y económica por la pandemia de coronavirus. Aunque no lo exime de los riesgos a largo plazo.
Después de haber dado sus pasos en el campeonato de Inglaterra de rugby y en el Pro14 (la antigua liga celta), CVC Capital Partners pasaría a formar parte del paquete accionario del Seis Naciones.
Las negociaciones, iniciadas hace casi dieciocho meses, se vieron luego ralentizadas por la pandemia del Covid-19. El sábado, la Federación Francesa de Rugby (FFR) aprobó el proyecto de acuerdo, que podría estar concluido de aquí a unas semanas.
¿Qué contempla ese proyecto? CVC, tras su experiencia pasada en la Fórmula 1, compraría el 14,3% de las acciones de New Co, una filial creada por Six Nations Rugby Limited, la rama comercial del Seis Naciones, y que estaría encargada de vender los derechos de difusión de la competición y de los test-matches que se disputan habitualmente en el otoño europeo.
El grupo con sede en Luxemburgo ofrece a cambio 305 millones de libras (414 millones de dólares) a las Federaciones que forman parte del Seis Naciones (Inglaterra, Irlanda, Escocia, Gales, Francia e Italia). Además, se incluye una reserva de 60 millones de libras (81,4 millones de dólares) en función de los resultados. Cabe destacar que CVC Capital Partners, mismo grupo que supo invertir capital en la Fórmula 1, tiene participación accionaria de Bernie Ecclestone. El inglés, ex Director Ejecutivo de la Formula One Administration, dimitó de ese cargo tras el escándalo de corrupción por el caso Gribkowsky.
La Federación Neozelandesa de Rugby, por su parte, busca también fondos
Según la prensa de su país, en mayo se iniciaron negociaciones con el fondo de inversión estadounidense Silver Lake, ya presente en el capital del club de fútbol Manchester City.
El New Zealand Herald publicó que la entidad californiana está interesada en adquirir el 15% de los derechos comerciales y de imagen de los All Blacks. La totalidad de esos derechos está estimada en 2.000 millones de dólares, según el periódico.
Intereses económicos
“Cuando se trata de una inversión en la que el fondo va a quedar como minoritario en el capital, el riesgo es más limitado”, afirmó Didier Primault, economista del Centro de Derecho y de Economía del Deporte (CDES) de Limoges, a la agencia AFP.
“El riesgo es mayor cuando el accionariado privado va a tomar una parte que le permitirá en algún momento ser decisivo para un cierto número de decisiones”, añadió.
Con el apoyo de un fondo de inversión, un rumor se instaló acerca de la posibilidad de que los nuevos socios busquen mayores posibilidades de rentabilidad y exijan a los All Blacks más partidos.
“Los que gestionan los All Blacks son lo bastante inteligentes como para no dejar que se incluyan cláusulas como esa en un contrato por el 15% de sus derechos”, estima Didier Primault.
Aunque no descarta que esas negociaciones comiencen. “Si los intereses económicos son demasiado fuertes, se va forzosamente hacia algo así”. Los efectos de una medida de este tipo, serían desastrosos para las ligas nacionales.
Sobre el proyecto de acuerdo con CVC, el presidente de la Federación Francesa de Rugby (FFR), Bernard Laporte, aseguró: “Las Federaciones conservarán paralelamente su poder exclusivo de reglamentación de la práctica deportiva y de organización de las competiciones”.
En Francia, los partidos deberían seguir retransmitiéndose en televisión abierta, pero en el Reino Unido podrían pasar al pay per view. Fue así ya con la reciente Copa de Otoño de Naciones, retransmitida por Amazon.
“Será todavía más difícil resistir a la presión del pago si tenés un fondo (…) que adquiere una gran importancia en el dispositivo, es evidente”, subraya Primault.
Lionel Maltese, profesor en gestión deportiva en la Universidad Aix-Marsella, comparte sus dudas sobre la estrategia de estos fondos.
“El margen de negociación sobre los derechos televisivos es débil. En el rugby, cuando tenés zonas de captación que no están cubiertas como Alemania, Estados Unidos o Asia, salvo Japón, es complicado”, explica.
Para él, el rugby llegará a “un efecto de umbral” en términos de derechos televisivos y serán elementos como las infraestructuras o la utilización de los datos de los hinchas lo que hagan “avanzar” ese deporte.
Agencia AFP