El sabor del desquite

Rosario ganó, se clasificó y se vengó de Banco, que lo eliminó en 2004 y ahora está casi fuera. Venció al equipo de Benavidez por 30 a 28.

Cuando sonó el pitazo final de Witold Stalgis, los rugbiers de Rosario estallaron en un intenso festejo. Acababan de lograr el pase a la anhelada Zona Campeonato, sí, pero ya estaban casi clasificados de antemano. El grito colectivo visitante que atronó ayer en Benavídez tuvo dos fundamentos: lo agónico del triunfo, conseguido con un penal a los 40 minutos, y lo dulce del desquite.

El 30-28 conseguido por la 10» jornada era una revancha por los tres reveses sucesivos que Banco Nación le había propinado en los últimos choques y, sobre todo, por aquél (49-34) con que los bancarios habían eliminado a los rosarinos, en la propia Plaza Jewell, de la lucha por acceder al grupo de privilegio el año último.

Aun cuando a Banco le queda una remotísima oportunidad de avanzar, su sexta derrota en la zona A del torneo de la URBA lo deja al borde, una vez más, del grupo Reubicación. Paradójicamente, justo en el día en que jugó, al menos por un rato, su mejor rugby del certamen. Una muestra fue el notable try de Martín Fierros, que sin ser wing -juega de octavo- se hamacó entre varios oponentes y escapó en velocidad. Otra, el ataque modelo que con más hombres y un aceitado pasamanos concluyó en apoyo de Diego Ojeda.

Rosario no fue menos y, en acciones muy parecidas por la derecha, anotó dos veces vía Joaquín Todeschini y otra mediante Martín Rodríguez Gurruchaga, en un primer tiempo abierto, de mucho juego, sin miedos, con ambiciones, en el que lo único que no estuvo a tono fueron las ejecuciones a los palos en ambos lados.

Aquello del buen rugby local se plasmó como nunca en el comienzo de la etapa decisiva. Fue un cuarto de hora de presión, concentración, precisión, entusiasmo. Se tradujo en una corrida de 13-0 que lo puso al comando del tanteador por 25-17, pero que debió ser aun mejor aprovechado. Porque el temible Plaza podía despertarse en cualquier momento.

Lo hizo en seguida, con una conquista de Lucas Fabaz. Y aunque perdió a Octavio Bartolucci -posible desgarro en el muslo izquierdo-, pasó a dominar la pelota. Lo parejo del tanteador trajo nervios e imprecisiones, aunque mucha intensidad, y en ese desenlace tensionante cometió menos errores el visitante y obligó a más infracciones ajenas. Por eso ganó, se clasificó y celebró. El alarido de alegría le salió puro, ya sin la espina que lo bloqueaba en la garganta.

La vuelta de Fonso Reyes
Por compromisos laborales, tan comunes en el rugby amateur, Rodrigo Fonso Reyes, centro de Banco Nación, no pudo jugar todo el último certamen de la URBA. Ayer reapareció, tras ponerse a punto en preintermedia e intermedia, y deleitó con un amago en una salida apurada.

ESTADISTICAS

Por
Xavier Prieto Astigarraga (Diario La Nación)
Foto: Diario La Nación