El defensor del título no fue superior, pero igual le alcanzó para eliminar por segundo año seguido a Hindú (20-3) y va por el tricampeonato; de seis definiciones así, es la quinta vez que los Zanjeros llegán a la final.
Intenta Bosch, Buezas… Nico Fernández Miranda lanza el juego para un lado, para el otro… Francisco Fernández Miranda rota de puestos tratando de buscar un espacio. Hindú va para adelante, pero se estrella con la implacable defensa del SIC. No se dejan invadir por la resignación; los impetuosos torcuatenses chocan, se levantan y prueban nuevamente. Una y otra vez atacan, pero no sirve para desactivar la máquina de tacklear sanisidrense.
Y se repitió la película. Por segundo año consecutivo los de Don Torcuato quedaron en el camino ante el dominante SIC, que se abrazó a la costosa victoria por 20-3 y, por quinta ocasión desde que en 1998 se aplicó el actual sistema, se instala en el round por el título. Ahora, irá a la caza del tricampeonato y del trofeo N° 23.
Cuando el peso y el desgaste de la menos que discreta primera semifinal lo asumió Hindú; cuando los perdedores mostraron mejores intenciones -no traspasó el límite de las insinuaciones- y decisión, ¿dónde encontrar los méritos de los bicampeones? La respuesta es simple. Pese a disponer de un inferior porcentaje de posesión, de mostrar un extraño desentendimiento para hacer más de tres pases seguidos -se excedió en el uso del pie-, de la escasa permanencia en el territorio rival… la riqueza del SIC es tal que siempre encuentra una vía de escape para los cuadros comprometidos.
Se aferró al tackle y a la irrevocable eficiencia para resolver las poquísimas acciones de riesgo. La esfumada sincronización ofensiva, falla singular porque se trata del equipo con mayor cantidad de tries apoyados en el certamen (137), y las limitaciones para tomar el control, no privó de autoridad a los defensores del título. Además, no tuvo justeza en el line y lucidez para aprovechar el sometimiento del scrum. Con menor generación de peligro, igual le alcanzó para marcar e inclinar en su favor el historial de la década ante Hindú (una decena de éxitos contra ocho caídas).
El pobre primer tiempo fue aplastante. Mientras uno no explotaba y proponía poco (el SIC), el fuego del otro (Hindú) se devenía en ceniza por la carencia de un funcionamiento grupal preciso. Como si fuera poco perdió hombres influyentes: Cavallini, Manasa Fernández Miranda y Grote. Del otro lado, a la vez que Serra (100% de eficacia) hacía olvidar la ausencia de Cilley, en la primera maniobra colectiva, golpeó Franzini (buen contraataque de De Vedia y profunda corrida de Tiesi); en otra réplica de casi toda la cancha (hubo knock-on de Artese no sancionado), el que lastimó fue Serra (20-3). Hindú merodeó el try con arremetidas de Amaya, Lorenzetti y un kick de Larré a Bosch -las tres más claras-, pero sus bríos no domaron al compacto SIC.
Por Santiago Roccetti
De la Redacción de LA NACION