Han pasado tres largos meses, pero el Super Rugby finalmente regresa a las pantallas de televisión este fin de semana y parece que los fanáticos también coparán los estadios en Dunedin y Auckland para presenciar los primeros partidos en vivo desde que el mundo fue bloqueado debido al coronavirus.
En la competencia Super Rugby Aotearoa, las cinco franquicias de Nueva Zelanda se enfrentarán durante 10 semanas en lo que efectivamente será una serie de partidos con tinte de finales tanto por el nivel individual como así también colectivo que presentarán Blues, Highlanders, Hurricanes, Chiefs y Crusaders.
Ahora, la nueva versión del SR, tendrá una modificación sustancial con respecto a temporadas anteriores. En esta oportunidad estará en juego la nueva ley de muerte súbita, la cual significa que si un partido termina igualado en los ochenta minutos, se jugarán 10 minutos adicionales con la finalidad de tener un ganador. Sin embargo, en los 24 años y medio de la historia de Super Rugby, hemos sido testigos de que sólo hubo siete empates entre los equipos de Nueva Zelanda, menos de uno cada tres temporadas.
En la rara posibilidad de que veamos a dos equipos salir nivelados después de 80 minutos de acción en el Super Rugby Aotearoa, habrá que preguntarse ¿el nuevo método Golden Point es la forma más justa de determinar un ganador?
En el rugby league, se juegan 10 minutos adicionales al final de cualquier partido empatado para tratar de tener a un ganador, que es efectivamente la misma regla que adoptará la competencia de Aotearoa, pero hay algunas diferencias muy notorias entre un torneo y otro que pondría en duda la utilización de esta regla.
En la competencia de 13 jugadores, el equipo que recibe la salida inicial normalmente puede avanzar algunos metros fácilmente antes de situarse en campo rival. En contraste, el equipo que recibe la salida en el rugby unión no tiene esta posibilidad.
Si vemos la regla del “punto dorado” en acción durante el Super Rugby, el primer receptor de patada inicial tendrá un tiempo para asegurarse de que puedan devolver la pelota sin someterse a demasiada presión inmediata.
La otra gran diferencia entre los dos tipo de rugby que agrava el problema, es que las sanciones son mucho más abundantes en el formato de 15. En 2020, los equipos de NRL conceden entre 3.3 y 7.8 penalizaciones por juego. Sin embargo, en las siete fechas del Super Rugby que se jugaron antes de la suspensión, los equipos concedieron entre 7.3 y 11.3 penalizaciones por partido.
No hay nada más emocionante que ver un tiempo de juego que se defina a través de muerte súbita en el que ambos equipos tendrán una buena oportunidad de quedarse con la victoria, pero no hay nada peor que quedarte con las manos vacías por una infracción en donde un buen pateador rival le dé la victoria a su equipo pateando a los palos.
¿Servirá entonces esta modificación en el nuevo reglamento o no? Habrá que esperar al inicio del Super Rugby Aotearoa para saber su resultado.
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