Con dos tries anotados en tiempo adicional, el líder consiguió un resultado impensado (perdía por 10 puntos) y dio vuelta el score para imponerse por 36 a 32.
Fue el cierre ideal para un encuentro especial, que tuvo todas las características de un clásico vibrante y que mostraba a un claro vencedor, pero que vio festejar al que parecía derrotado. Hindú celebró en el epílogo, nuevamente por la temible velocidad de sus backs, que en tiempo adicionado anotaron dos conquistas para el éxito del líder por 36 a 32, y dejó el gusto amargo al CASI, perplejo por la insólita y repentina reacción del local.
“Lo dimos vuelta con el corazón. Se nos puso muy difícil al estar 10 puntos abajo cerca del final, pero pusimos toda la garra”, comentó exultante Alejandro Castelli, octavo de Hindú.
De juego abierto y dinámico, de score cerrado y cambiante, el partido brindó emociones desde el inicio. Para los locales, la consigna era muy clara: sumar en cada avance. Así se llevó muchos puntos con el pie de Juan Fernández Miranda (cuatro penales y un drop en la primera etapa), pero sin poder desplegar su habitual juego de manos. Apenas logró celebrar un try (el de Conrado López Alonso).
El CASI, por su parte, recurrió al atrevimiento característico de la Academia en los compromisos importantes, y discutió la posesión en las formaciones. Sumó primero en la conquista de Figuerola (tras recupero y corrida de Fasano) y luego utilizó la fórmula line-maul para las anotaciones de Doria y Headen. El parcial, apenas un detalle en el desarrollo, favoreció 22 a 20 al local.
La segunda mitad encontró un claro dominador. Con una sólida defensa, el CASI bloqueó el acceso a su in-goal, y con el pie de Thomann (dos penales, un drop) alcanzó la importante ventaja de diez puntos, ya muy cerca del cierre. Pero surgieron los desbordes de Horacio Agulla por la izquierda, y Matías Larré por el centro, para cambiar la historia y sorprender a los mismos simpatizantes de Hindú, que se adueñaron del último grito, el que más se disfruta.
Ya lo daba por perdido
Patricio Noriega, entrenador de Hindú, fue muy sincero y sintético luego del partido: “El CASI jugó muy bien y nos dominó. El partido ya estaba perdido, pero salieron dos jugadas de los backs que nos permiten festejar. Nuestra única virtud fue la garra durante los 80 minutos”.
Por Andrés Moreno