El viejo dicho asegura que en la vida solo hay dos certezas: la muerte y los impuestos. Pero si se trata de los Springboks, quizás haya una tercera: el récord sudafricano de mayor cantidad de Test consecutivos jugados, una marca que, por las dinámicas del rugby moderno, parece destinada a permanecer intacta para siempre.
En la actualidad, la rotación permanente de planteles, la gestión física de los jugadores y la decisión de reservar figuras ante rivales más accesibles hace prácticamente inviable que alguien pueda acercarse al registro que ostenta John Smit, excapitán y referente sudafricano.
Smit disputó 46 test match de manera ininterrumpida entre el 11 de octubre de 2003 (vs. Uruguay en el Mundial de Australia) y el 16 de junio de 2007 (ante Australia por el Tri Nations en Ciudad del Cabo).
Detrás de él aparece Gary Teichmann, con 39 Tests consecutivos entre 1996 y 1999.
En tiempos recientes, el que más se acercó fue Steven Kitshoff, con 37 encuentros seguidos entre 2016 y 2018.
La estadística también refleja una tendencia histórica: son los delanteros quienes suelen acumular las rachas más largas de continuidad en los Springboks.
De hecho, solo dos backs figuran en el Top 10:
Morné Steyn, con 29 Tests consecutivos (2010–2012)
Willie le Roux, con 28 (2013–2015)
Entre los jugadores de la generación vigente, el único con una racha sostenida es el pilar Wilco Louw, que acumula nueve Tests consecutivos. Fue titular en el debut del Rugby Championship y luego suplente en todos los partidos siguientes, además de los tres primeros encuentros de la actual gira.
Si juega ante Irlanda en el Aviva Stadium este fin de semana, llegará a 10. Aun así, la distancia con Smit es abismal.
La combinación de descansos programados, manejo de cargas, rotaciones en cada ventana y temporadas cada vez más exigentes hace que el registro de Smit —46 partidos consecutivos— sea considerado por muchos como el único récord de los Springboks que jamás será superado.







