A exactamente 400 días del arranque de la séptima Rugby World Cup, difícilmente se pueda pronosticar otro campeón que no sea Nueva Zelanda. Los All Blacks marchan invictos en el año y están jugando un rugby de otro planeta. Además, jugarán en casa, lo que los hace indudables favoritos. Salvo si se considera que llegaron de favoritos a cada uno de los seis Mundiales anteriores y sólo festejaron un título, el de 1987, jugado justamente en Nueva Zelanda y Australia.
La cuenta regresiva marca un número redondo y un objetivo para 20 países del mundo ovalado (21 hoy, ya que falta dirimir quién será el último clasificado entre Rumania y Uruguay). También para quien quiera viajar debe empezar a organizarse con tiempo.
En estas semanas empiezan en Europa las competencias nacionales en las que juegan gran cantidad de argentinos. En la elite, son 31 los que están en Francia, otros 8 en Inglaterra, dos en Escocia y uno en Irlanda. Las cantidades se multiplican si se consideran todos los que están jugando en Italia, España y hasta las divisiones por debajo del Top 14 en Francia (caso como el de Rafael Carballo, titular en el último test de Los Pumas, que jugará en el Pro D2).
Esta fuerte presencia en Europa es clave para llegar a la Copa del Mundo afilado, ya que Argentina necesita al rugby profesional europeo. Pensando mas allá, al 2012 y el Cuatro Naciones, las dudas surgen. Si bien hay un claro mensaje del rugby mundial de que los jugadores deben estar disponibles para ese nuevo torneo, habrá que ver qué sucede en ese momento.
A la zona de Los Pumas les falta justamente ese último clasificado: puede ser Uruguay, aunque la lógica indica que debería ser Rumania. Dos partidos, ida y vuelta, determinarán el segundo rival mundialista. Al llegar como terceros en el anterior Mundial, Los Pumas tienen un fixture favorable. El debut será el día después de la inauguración contra Ingla-terra en Christchurch (10 de septiembre); una semana más tarde será el turno de Uruguay o Rumania en el sur de la Isla Sur, en Invercargill, regresando a Chris-tchurch para jugar frente a Escocia (el 25) y finalizar la primera etapa el domingo 2 octubre frente a Georgia en Palmerston North. Dicho esto, Los Pumas tendrán mucho tiempo de recuperación entre partido y partido, un beneficio del que no disfrutaron en anteriores RWC.
Estarán en la Isla Sur durante casi un mes -un lugar increíble- ; si pueden escaparse un par de días a lugares como Queenstown, el despeje mental se habrá logrado. Asumiendo, y confiando en la capacidad del equipo que conforme Tati Phelan para clasificar a cuartos de final, Los Pumas tendrán enfrente -según como finalicen- al primero o segundo del grupo A: Nueva Zelanda o Fran-cia. Allí comenzará otro Mun-dial.
Lejos de decir que a Francia casi se le gana con la camiseta, también habrá que ver cómo manejan la presión los locales. Son siempre los mejores entre mundiales; cayeron en una final, tres semifinales y un cuarto de final.
Será un Mundial apasionante desde lo deportivo y lo turístico. A diferencia del último en Fran-cia, al que era sencillo llegar por las muchas rutas aéreas y variantes, conseguir alojamiento y entradas para este certamen es una obligación que hay que planificar con tiempo. Son menos los vuelos, la hotelería no abunda y los estadios serán más pequeños que en Francia.
Por Frankie Deges (ámbito.com / suplemento alrugby.com)
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