Crecen los temores de que la gira de los British & Irish Lions por Sudáfrica en julio no pueda continuar como estaba previsto, debido a la continua interrupción causada por la pandemia de COVID.
Según publica el medio inglés Sportsmail la planificación de contingencias se está acelerando a la luz del reciente aumento en el número de casos y la aparición de una cepa “mutante” del virus, tanto en el Reino Unido como en Sudáfrica.
Se entiende que el objetivo original era esperar hasta marzo para tomar una decisión firme sobre si continuar o no con la muy esperada gira británica e irlandesa para enfrentar a los campeones del mundo, pero es probable que las conversaciones lleguen a un punto crítico para a finales de este mes.
Las perspectivas de la gira parecen haberse deteriorado de forma alarmante en la última quincena. Varias fuentes del medio inglés admitieron que las esperanzas de que los Lions eviten las consecuencias de la pandemia se están desvaneciendo, y las autoridades de rugby en Sudáfrica, donde aún faltan meses para un programa de vacunación, ahora “comienzan a temer lo peor”.
Si hay algo que tienen en claro los organizadores es que se necesita sí o sí del público. Si bien los ingresos de trasmisión y los diferentes acuerdos comerciales son un gran beneficio, la unión anfitriona y las locales consideran vital que el “Ejercito rojo” se haga presente, ya que se esperan unos 30.000 viajeros por tierras africanas. Los boletos para los 3 partidos de la serie están vendidos y el director General de los Lions, Ben Calveley, aseguró que “el nivel de interés es igual o mayor al que tuvimos en giras anteriores”.
Lamentablemente, el virus pone en peligro el principal evento del año y desde el viejo continente ya le buscan alternativas. Una de ellas es posponer la gira por un año pero la programación de partidos de los países involucrados lo tornan difícil. También tendría problemas el entrenador de los Leones, Warren Gatland, que debe regresar a los Chiefs en 2022 y sería a un año del Mundial de Francia, algo que no se ve con buenos ojos. Sin embargo, la alternativa a un retraso de un año es la cancelación; un escenario apocalíptico con graves inconvenientes financieras, así como la pérdida de un preciado espectáculo deportivo, que los funcionarios estarán desesperados por evitar a toda costa.