Greig Laidlaw, medio scrum y capitán, será el líder de su equipo ante Australia, en los cuartos de final de la RWC 2015. Su tío Roy fue uno de los artífices del último éxito en la casa del rugby inglés.
Roy Laidlaw no pudo evitar la sonrisa. “Sí, sería irónico si ganamos en Twickenham y es contra los australianos”, dijo. Es que, después de que el plantel de Escocia hiciera la valijas en Newcastle el lunes, tras su gran victoria 36-33 contra Samoa en el St James’ Park, el equipo apuntó hacia Surrey para ponerse a punto para su partido por los cuartos de final de la RWC 2015 contra los Wallabies, en el suroeste de Londres, donde está la tradicional casa del rugby inglés.
Y el cambio de su rival habitual en sus visitas a Twickenham podría hacerle bien a los escoceses: no vencen a Inglaterra ahí desde el 5 de marzo de 1983. Roy Laidlaw fue el medio scrum de Escocia y uno de los héroes que marcaron tries aquél día. Su sobrino, Greig Laidlaw, será el N°9 y capitán de El Cardo el domingo.
“Podría ser una victoria célebre, porque Escocia no gana ahí desde hace 32 años”, reflexionó Roy. “El apoyo el próximo domingo podría hacer la diferencia, porque normalmente nos superan en el número en Twickenham. La mamá y el papá de Greig estarán allí”.
Veinticuatro horas después de la descollante actuación de Laidlaw y del éxito contra Samoa, su tío Roy y sus padres Lonra y David estaban viendo por televisión los 36 puntos que aportó: un try en el minuto 74, tres conversiones y cinco penales.
Por teléfono
“No lo estuvimos viendo por un casamiento familiar”, explicó Roy. “El primo de Greig se casó en Edimburgo. La recepción fue en el Oxenfoord Castle (en Midlothian). Estamos en el camino de vuelta a casa ahora”, relató.
“No pudimos ver nada del partido. Nos fuimos enterando por el celular de la mamá de Greig. Fue muy emocionante porque el marcador era ajustado e iba cambiando. Todo el mundo estaba encima del teléfono, esperando ver cómo seguía”, contó.
Laidlaw ahora está en la cima de los máximos anotadores en el torneo, con una “cuenta corriente” de 60 puntos, cinco por delante del apertura australiano Bernard Foley. “Greig tiene sus críticos pero son quienes no entienden la importancia del pateador de clase mundial que es”, señaló Roy.
“Es una gran parte del partido porque, psicológicamente, sometes a los rivales a que no puedan cometer infracciones; además, eso permite el juego fluya mejor, que la pelota sea reciclada más rápido porque el rival no quiere regalar puntos”, indicó.
Y siguió: “Los australianos van a estar pensando en eso, saben que van a estar jugando contra un gran pateador como Greig”.
Laidlaw jugó un papel vital el sábado, manteniendo a su equipo cerca cuando los samoanos marcaron tries y parecían alejarse en el resultado. El medio scrum de 29 años, que juega en Gloucester, también mostró su visión de los espacios cuando atacó desde la base del scrum.
“Piensa muy rápido. Siempre está sobre la pelota. Todos estamos muy orgullosos de Greig. Él siempre vuelve a sus raíces, es un muchacho sensato. Se puede ver en el terreno que los jugadores lo respetan”, dijo su tío, de 62 años.
Mismo origen
Laidlaw está cortado por la misma madera que su tío. Ambos son producto del Jed-Forest Rugby Club de la ciudad de Jedburgh, al igual que otro célebre medio scrum, Gary Armstrong, quien jugó en el único equipo escocés que ganó un partido de cuartos de final: fue en 1991.
Roy jugó en el partido inaugural de la RWC 1987 en Nueva Zelanda, cuando Escocia perdió con los anfitriones 30-3 en el Lancaster Park de Christchurch. John Gallacher y Allan Whetton marcaron tries para los All Blacks y Grant Fox acertó seis penales y dos conversiones. Todo lo de Escocia fue un penal de Gavin Hastings.
“John Rutherford y Scott Hastings se fueron lesionados y hubo algunos forwards que perdimos también. Los All Blacks era un equipo increíble, con jugadores brillantes. Siempre recuerdo que las camisetas negras se te venían encima todo el tiempo. De todos modos, fue una gran experiencia que pude disfrutar”, recordó Roy.
El tío del actual capitán conformó una brillante pareja de medios con Rutherford en la década del 80’. De hecho, lograron un empate 25-25 con los All Blacks en Murrayfield en 1983 y conquistaron el viejo Cinco Naciones con Gran Slam incluido en 1984.
Ayer y hoy
En 1983, en el último triunfo en Twickenham, Roy marcó el primer try en el éxito 22-21 contra Inglaterra, un equipo que tenía a jugadores de la talla de Dusty Hare, John Carleton, Paul Dodge, Steve Smith, Peter Wheeler y Peter Winterbottom. Esa fue una de las sólo cuatro victorias que los escoces lograron en ese estadio en 104 años.
Quizás todo se remonte a la primera vez que Escocia fue al Billy Williams’ Cabbage Patch, como era conocido Twickenham en 1911. Es que todo tuvo cierta dificultad. “No podíamos encontrar donde estaba la entrada. Tuvimos que caminar bastante para llegar”, recordó el pilar Charlie Stuart.
Ese partido, los escoceses parecían haber encontrado su rumbo en la cancha cuando al centro George Cunningham le arrancaron los pantalones mientras corría hacia el ingoal en los últimos minutos. En lugar de aprovechar la chance de empatar, se sentó en el piso para no exponer sus partes más íntimas al público. Entonces, el juego terminó 13-8.
Quizás, en ese momento quedó establecida una mala tradición para Caledonia (el antiguo nombre latino de Escocia), aunque la historia podría ser diferente cuando Greig Laidlaw intente seguir los pasos de su tío el domingo.
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