Así, sí. Regis Sonnes parece haber dado con la ‘tecla’, ha encontrado el camino que debe seguir la selección española de rugby.
Y es que el ‘XV del León’ perdió por 24-28 ante Rusia, pero en el estreno de su nuevo seleccionador en la competición continental cambió completamente la imagen del equipo y a punto estuvo de ganar a su rival, actual campeón continental y que el próximo otoño competirá en el Mundial de Nueva Zelanda.
Una vez olvidada la nefasta etapa anterior del inglés Ged Glynn, en la que España casi desciende a la tercera categoría del rugby continental, el francés Sonnes demostró que se puede competir. Su fórmula: buscar en el rugby francés descendientes de españoles y mezclarlos con lo mejor de la Liga nacional. Se quedó a cinco puntos de la victoria… y tuvo las dos últimas posesiones para buscar un ensayo que hubiese volteado el resultado final.
El ‘XV del león’ dominó en determinadas fases a la potente delantera rusa y si los españoles cayeron fue por la falta de acierto en el juego a la mano y sus errores en los últimos metros. De hecho, en la primera parte pisó mucho más tiempo la 22 rusa que al revés… la diferencia fue que los ‘Osos’ sacaron provecho de cada incursión, mientras los españoles abandonaron esa zona hasta en tres ocasiones con su marcador a cero. Demasiadas concesiones ante el campeón de Europa.
Ambición española
Aunque Rusia pego primero con un penal en el minuto 2, España fue ambiciosa en los primeros momentos e, incluso, optó por jugar. Se equivocó. Los locales permanecieron durante 10 minutos a cinco metros de la línea de marca rival, pero las malas manos de Cook lo privaron de herir a su rival.
A pesar de la superioridad territorial española, el primer try ruso llegó en el minuto 24 por medio de Yankushkin (0-10). El “XV del león” se volvió a venir arriba y en el minuto 34 Jorajuria, que había errado un intento en el 18, marco un penal (3-10).
Justo antes del descanso, llegó el segundo try de los rusos, mediante Ostrushko. España se fue al descanso con un 3-15 en contra y con la sensación de que había gastado muchas energías para tan pocos puntos y lo había hecho más por su desacierto, sobre todo en el juego a la mano, que por las virtudes de sus rivales.
Además, nada más comenzar la segunda parte encajó otro try, de Gresev. El 3-22 parecía definitivo. Sin embargo, una nueva acometida española tras la expulsión de Gresev dio el primer try local mediante el empuje de la delantera local.
España mantuvo su intensidad defensiva y, a diferencia de temporadas anteriores, no se vino abajo físicamente en la segunda parte. Los visitantes respondieron con otro penal, esta vez de Rachkov, y los hermanos Auzqui elaboraron la jugada del partido cuando Beñat sacó sobre su hermano Mattin y éste recorrió 35 metros para cruzar la línea de marca rival. Tudela daría más vida todavía a España con un try casi con el tiempo cumplido.
España había perdido, pero casi todo ha cambiado.
Marca.com
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