Las derrotas y las flojas actuaciones de Pumas, Jaguares, Argentina XV y Pumitas, desnudaron falencias profundas del sistema profesional de la UAR, y llenan de interrogantes un futuro que no tiene un destino claro. ¿Es el estilo propuesto el que más le conviene al jugador argentino?
Todas con diferentes matices, las caídas sufridas por los seleccionados argentinos dejan dolor y mucho lugar a la reflexión. Los Pumitas jugarán por primera vez en la historia del torneo por no terminar últimos. En cinco días Sudáfrica los aplastó (la segunda peor derrota en Mundiales M20), y ayer perdieron ante Georgia, que logró su segunda victoria desde que disputa esta competencia. Los resultados numéricos a esta edad no son determinantes. Los chicos están finalizando su etapa de formación, y tienen que aprender a competir. Argentina XV sucumbió el sábado ante Rusia en el inicio de la Nations Cup. Nunca habían caído ante este seleccionado, con escasa tradición en este deporte. Jaguares no hace pie en el Super Rugby. Los últimos choques ante Sunwolves, Force y Brumbies dejan muestras claras de que algo deben modificar. Los Pumas han mejorado en el inicio de la Ventana de Junio ante Inglaterra, pero por equivocaciones propias no se pudieron llevar el triunfo, ante un seleccionado sin casi todo su equipo ideal. La ecuación es clara: El problema es estructural, y el sistema de juego no da réditos.
Alunas de las razones del momento que vive el rugby argentino, varias relacionadas entre sí:
1-Descuido de las formaciones fijas: Se puede ser un buen equipo con distintos estilos, pero lo primordial es tener una buena obtención. Sin obtención no hay juego. Y en los últimos años se perdió esa cultura por las formaciones fijas, sobre todo el scrum. Si bien el reglamento cambió, sigue siendo un aspecto clave no sólo para poner la pelota en juego, sino para someter física y mentalmente al rival. En los seleccionados argentinos ya no se prioriza este aspecto, y se eligen jugadores con otras características. Similar el caso del line: Muy irregular y se transformó en una fuente de poca obtención. Tampoco se le encuentra la vuelta al maul defensivo.
2-Defensa vulnerable: El tackle es otro de los puntos cuestionables de los equipos de la UAR. Además del 1 vs 1, la organización defensiva y la reposición son matices a mejorar. Se habían visto evoluciones a principio de año en Jaguares, pero no se sostuvieron con el tiempo. La defensa siempre ha sido una de las banderas del rugby argentino, y es fundamental recuperarla.
3–Plan estratégico: Los jugadores siempre van a ser lo más importante, pero la táctica en el rugby tiene mucho peso. En Pumas, Jaguares, Argentina XV y Pumitas no se ve un orden, ni una estructura en la cual sostenerse. Además, muchas veces se transforman en equipos predecibles, muy sencillos de analizar para los rivales. Falta sorpresa.
4-Sin Rebeldía: Ser fuerte de la cabeza y no perder el foco en las adversidades. Ante el mínimo contratiempo, los equipos suelen carecer de reacción y pierden la compostura. El aspecto mental para intentar llevar a cabo un plan de juego y no tener flaquezas es vital. Muchas veces termina en indisciplina que cuestan partidos.
5-El abuso de offloads: Bienvenida sea la intención de sumar nuevas variantes en ataque entre los backs, algo necesario para sorprender al contrincante. Pero cuando se utiliza el pase en el contacto como fundamento, y no como un recurso, el camino es el incorrecto. Esto genera muchas pérdidas y opciones para que el rival lastime.
6-Proyecto con fallas: Más allá de los sistemas de juego planteados, el proyecto necesita un ajuste de tuercas importante. El rugby del norte marca el mercado, y la diferencia de presupuestos con el argentino es grande. Si bien se entiende la idea de fortalecer una franquicia del Super Rugby, no se puede prescindir de tantos hombres de peso que se desempeñan en Europa. Habrá que ser equilibrado y tener distintas opciones para que los beneficiados sean los Pumas por sobre Jaguares, y no al revés. Juan Figallo, Facundo Isa, Marcelo Bosch y Juan Imhoff, entre otros, no pueden estar afuera del seleccionado. Además, esto ayudaría a la competencia interna entre los jugadores.
7-Puestos sin recambio: Cantidad no es sinónimo calidad. La estructura profesional es vital para terminar de desarrollar jugadores formados por los clubes, pero se necesita agrandar la base en puestos determinantes. El de hooker es un claro ejemplo. Agustín Creevy y Julian Montoya son hombres de categoría, pero faltan más opciones. Facundo Bosch continuará su camino en Francia, Marcelo Brandi decidió no continuar en el sistema, y Gaspar Baldunciel (hoy lesionado) es un buen proyecto pero aún se está formando como jugador. Roberto Tejerizo no dio garantías en ese puesto en Jaguares y hoy será titular en Argentina XV. Además podría debutar en un seleccionado nacional a sus 32 años Agustín Gómez Di Nardo, de buen presente en Belgrano Athletic. También escasean variantes en medioscrums (más allá de la grata aparición de Gonzalo Bertanou) y aperturas.
Por: Nicolás Casanova
www.periodismo-rugby.com.ar
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