El domingo, en la final de Intermedia, Fabio Galloppa le puso punto final a su trayectoria como deportista. Con 40 años, incontables son las batallas de este gigante, que arrancó a los 6 esta travesía llamada “soy jugador de rugby”, y que lo llevó por experiencias de todo tipo, desde seleccionados provinciales y nacionales, jugar profesionalmente en Europa, hasta el de cumplir su único sueño real que tuvo en el rugby: jugar en la primera división del club.
Sólo los que ya pasaron por experiencias similares pueden saber la cantidad de sensaciones, pensamientos y emociones que sintió en estos días. Poder ser uno mismo el que elige donde y cuando será el último capítulo es un privilegio que pocos se pueden dar, y con el paso del tiempo es algo que uno aprende a valorar.
Pudimos tener la oportunidad de hablar con él y que nos cuente muchas cosas en torno a este episodio tan importante en su vida personal y deportiva, como de toda su trayectoria. En esta nota, compartimos todas sus palabras con ustedes.
– ¿Hace cuánto venias pensando en este momento?
– En realidad le vengo huyendo a este momento (risas). Hace más o menos 3 o 4 años, a finales de temporadas, sin estar muy convencido, prometía siempre que ese sería mi último año. Cosa distinta lo que sentí en esta temporada, que me decidí a jugarla y acompañar a este nuevo staff. Mi presentimiento a lo que se venía me hizo sentir que no podía no ser parte de este plantel este año, aunque se sintió muy diferente a los anteriores años, ya que me di cuenta que mi trabajo en el plantel estaba hecho y mi puesto bien cubierto con cantidad y calidad de jugadores para los próximos años .
– ¿Qué te motivó a seguir en actividad hasta ahora? (se rumorea que hay una competencia interna entre la flaca, el turco y vos)
– Lo que me motivó fue la realidad que me tocó vivir, de tener la oportunidad de jugar afuera y haberle dado los mejores 8-9 años de mi carrera deportiva a otros clubes en el exterior. Eso es una experiencia muy enriquecedora y gratificante por un lado, pero que siempre te va a doler por dentro por no estar en tu club. Cuando volví, decidí jugar lo más que pudiera, al máximo nivel posible, para devolver todo eso. La competencia con el Alejandro “Turco” Allub y la “Flaca” Matías Palacios, siempre existió, pero es algo que yo gané desde el principio. Así que, en realidad compitieron entre ellos dos. El “turco” venía bien, pero la genética lo abandonó y tuvo todos los problemas de salud que se te ocurran.
– ¿Satisfecho con todo lo vivido junto al rugby?
– Estoy totalmente satisfecho por todo lo vivido con el rugby, no puedo pedir más. De todas formas sólo cierro la puerta como jugador. Soy de la creencia que al club hay que devolverle todo lo que te da estando presente desde el rol que sea y así lo voy a hacer.
– ¿Qué es lo más valioso que te llevas?
– Sin lugar a dudas lo más valioso son los amigos y las experiencias tanto las buenas como las malas las cuales todas te dejan aprendizaje. La experiencia de vida que te da, que te prepara para todos los ámbitos de tu vida, eso es impagable.
– ¿Crees que hay algo que no vayas a extrañar de esto?
– Sí, sobre todo en los últimos años, los golpes (risas) los cuales creo que es algo que sin dudas no voy a extrañar porque ya de más grande cada vez te cuesta más recuperarte y estar listo para el partido que sigue.
– ¿Soñabas o te imaginabas vivir las cosas que viviste cuando empezaste a jugar?
– La verdad que no. Siempre soñé con jugar en la primera del club. De chico veía a los tipos que me habían entrenado y quería estar ahí, todo lo otro llegó “gratis”. Los seleccionados, la oportunidad de jugar afuera, todo eso no lo soñas sino que va apareciendo en el camino la oportunidad y vas decidiendo cómo jugas las cartas. Pero para ser sincero, repito, lo único que realmente soñé fue jugar en la primera, y agradezco que lo pude hacer.
– ¿A qué edad empezaste?
– A los 6 años.
– ¿Alguna vez dejaste de jugar (sin contar las lesiones)?
– No, alguna vez me tuvo que ir a buscar a mi casa mi capitán de división, el “enano” Romero, y quizás alguna vez no pude ir a entrenar porque andaba bajo con alguna materia en el colegio, pero salvo por eso, nunca interrumpí mi actividad como jugador.
– ¿De todas las etapas de tu vida junto al rugby, hay alguna favorita?
– La etapa más linda que recuerdo, cuando subí a primera. Esa etapa fue hermosa. No veía la hora de estar en el club, entrenando. Lo veo hoy en día con mis compañeros de plantel que tienen 20 años como Marcelo Blanco, que cualquier excusa es buena para estar adentro. Es la etapa que más bonita de mi carrera.
– ¿Podes describir brevemente que tuvo cada etapa? (Infantiles, Juveniles, seleccionados, primera, jugar afuera, la vuelta, los últimos años, etc)
– La de infantiles, era muy gracioso, porque yo era gigantesco y no se animaban a tacklearme. Me pedían el documento siempre porque decían que estaba pasado y no me dejaban jugar. Los padres de los otros clubes gritaban de todo siempre (risas). En juveniles, los llamados a los seleccionados, al plantel. Yo no pude jugar el campeonato de M-19 con mis compañeros de la ’78 porque me llamaron al plantel ese año. Debo haber jugado 2 partidos, uno contra San Martín de Villa María y otro contra Carlos Paz Rugby. La época del plantel, como te dije, la más hermosa, hasta tuve el honor y el orgullo de ser capitán. En la etapa profesional, una etapa de mucho crecimiento. Jugué en España, Francia e Italia (en ese orden). Parece poco, pero pasaron 20 años!!! Pensá que cuando tenía 21 y estaba jugando con Los Pumitas el torneo del hemisferio sur, Santiago “Paté” Pulella estaba recién nacido, y hoy es compañero mío de equipo una cosa muy graciosa. Pero ese es el alimento del que me nutrí para jugar tantos años en el plantel.
– Una final contra Athletic ¿Había un mejor escenario para el último partido?
– Me da mucha felicidad que haya sido así. Por eso fue que en semifinales dimos todo (empezando por mí), para remontar un déficit de 19 puntos y estar en esa final.
– ¿Entrenadores que te hayan marcado?
– Todos los entrenadores te dejan algo. Tengo el recuerdo de chico, el “gordo” Vargas y el “coco” Tejero son dos entrenadores que me marcaron mucho por un montón de cosas que van más allá del rugby.
– ¿Jugadores que quisieras siempre al lado?
– La “flaca” y el “Turco”, porque me divierto mucho ganándoles en todo… y porque son de fierro.
– ¿Rivales con los que te encantaba jugar? (Clubes o personas)
– Obviamente Athletic, algo que disfrutas desde el lunes hasta después del tercer tiempo. Y otro equipo que siempre me gustó mucho jugar, La Tablada, siempre me gustó medirme contra ellos.
– ¿Qué es el club para vos?
– Creo que es algo obvio porque todos lo sentimos muy similar. Es nuestra segunda casa, donde no sólo aprendes a jugar al rugby, aprendes valores y a cómo sobrellevar la vida apoyándote y acompañándote con otros.
– ¿Tenes pensado cómo va a seguir tu vida después de esta etapa?
– Descansar después de tantos años de entrenamientos y horarios. Tomarme un tiempo sabático para relajarme y después ser entrenador en alguna división y trabajar para formar jugadores.
– ¿Un mensaje para la familia del club?
– Creo que el más importante, es que hay que trabajar de donde nos toque, con la humildad como bandera y que no hay nadie que esté por encima del club. Todo se hace por y para el club. Si entendemos eso, estaremos en buen camino y seremos el club que nos merecemos ser (y que somos).
Fuente: www.jockeyclubcordoba.com.ar
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