“Me llamaron hace dos semanas y no dudé en sumarme al staff de entrenadores. Para mí es un honor que Rafa (Madero) y Mariano (Bosch) hayan pensado en mí”.
Así, con la simpleza que lo caracteriza, Federico Todeschini, que colgó lo botines hace sólo un año, explica cómo terminó aterrizando en el grupo que comanda los hilos del seleccionado de Buenos Aires, que en dos semanas comenzará su recorrido en el Torneo Argentino de Uniones.
El cuarteto técnico, que es completado por Juan Pablo Bianchi, tiene claro que el gran objetivo para este año es que Las Águilas recuperen el brillo perdido y vuelvan a saborear las mieles del éxito.
¿Cuándo fue la última vez que se empacharon de gloria? En 2008, en la Caldera tucumana, con un try agónico de Agustín Costa Repetto, convertido por Federico Serra (10-9). “Hace tres años que Buenos Aires no sale campeón; es mucho tiempo. Esta temporada tenemos que ganar y gustar”, tira el ex Puma, que en este 2012 también será uno de los coaches de la Primera de Atlético del Rosario, junto a Fernando Marchiaro e Iván Macat.
-Un año lleno de rugby…
-Así parece. Hay que disfrutarlo, ¿no?
-¿Extrañás ser jugador?
-No, para nada. Estoy muy contento donde estoy. La realidad es que hoy no podría hacer todo lo que hacen los chicos jóvenes para estar bien físicamente. Además, sinceramente, me encanta ser entrenador; me fascina poder transmitir conceptos y que los pibes te los entiendan. Parece una boludez, pero no es fácil, ¿eh?
-¿Cómo es el Ninja como coach?
-¡Me dicen el hombre de la gorra como al Tano Loffreda! (ver foto). Hablando en serio, en el seleccionado me ocupo de las destrezas individuales; trabajar las carreras que sean rectas, con buenas profundidades y velocidad de manos. En el rugby de hoy hay que hacer bien lo simple. Ahí está el secreto. Y Buenos Aires tiene a los jugadores para hacerlo.
Genio a la hora de apuntar a las haches -fue el primer extranjero en superar los1000 puntos en el Top 14 de Francia-, cuando se le pregunta qué pateadores les gustan del rugby local, el Ninja no se saca la camiseta: “Bauti Guemes y Joaco Díaz Bonilla. El de CUBA es un chico que tiene grandes condiciones; mucha calidad como apertura. Es más, el sábado pasado, en el amistoso contra Córdoba, la rompió toda (ganó Buenos Aires por 44-10)”, sentencia.
-Hoy por hoy, ¿cuál es tu mayor dificultad como entrenador?
-(Piensa y se ríe) Memorizar los nombres de los jugadores. Me cuesta un huevo. Es más, ¡ya rebauticé a varios con nombres raros, ja!
Al Ninja se lo ve y se lo escucha feliz, radiante. Está muy entusiasmado y no se esfuerza por disimularlo. El nuevo rol con el que se está empapando parece calzarle justo y, como lo hizo durante toda su carrera, apuesta todo a ganador. Como debe ser; como su esencia se lo exige.
Por Ramiro Guillot
Scrum.com
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