La South African Rugby Union (SARU) se ha referido a los asesores legales tras las revelaciones de que se le ordenó al actual director ejecutivo, Jurie Roux, que devuelva fondos por valor de 1,8 millones de libras a su antiguo empleador, la Universidad Stellenbosch.
Los medios sudafricanos informaron que a principios de esta semana que se le ordenó a Roux que devolviera ZAR37 millones, que un árbitro encontró que había trasladado “sin autorización” de la Universidad Stellenbosch, entre 2002 y 2010. Roux está apelando la decisión.
En un comunicado, SA Rugby declara que: “El Consejo Ejecutivo de SA Rugby ha tomado nota de los hechos que involucran a Jurie Roux y su antiguo empleador, Stellenbosch University”.
“Hemos remitido el asunto a nuestros asesores legales para su asesoramiento en asuntos de gobernanza, como lo hemos hecho durante todo este proceso”.
“Observamos además que el proceso permite que las partes presenten una apelación y no haremos más comentarios hasta que se conozca el resultado de dicha apelación”.
En 2013, cuando Roux estaba al frente del Stellenbosch Rugby Club (Maties), uno de los más famosos del rugby mundial, la firma de auditoría KPMG presentó un informe preliminar a la universidad en el que afirmaba que Roux había utilizado el sistema financiero para canalizar millones en gastos no presupuestados en el club de rugby.
Roux ocupaba puestos de responsabilidad en el departamento de finanzas de la universidad y había sido acusado de utilizar el sistema de contabilidad electrónica para canalizar los fondos en disputa. Ocupó el cargo de director senior en el departamento de finanzas de la universidad cuando fue nombrado CEO de SARU en 2013.
Los auditores también hicieron hallazgos adversos contra un ex colega de Roux, Chris de Beer, quien también ocupó altos cargos en el departamento de finanzas de la universidad y en el club de rugby.
Después de una escaramuza legal entre las dos partes, Roux y la universidad acordaron que su disputa fuera arbitrada por el abogado Alasdair Sholto-Douglas SC en una serie de sesiones a puerta cerrada que comenzaron a fines de 2019.
El fallo de Sholto-Douglas, que se emitió el miércoles 23 de diciembre, determinó que Roux había violado los términos de su contrato con la Universidad Stellenbosch al no actuar en su mejor interés al asignar los fondos de la universidad a cuatro centros de costos sin autorización o presupuesto.
Esto constituyó un incumplimiento de su contrato de trabajo y resultó en que la universidad sufriera daños por un monto de ZAR35,312,004.
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