Gimnasia anda derechito. Sin lucir dejó en el camino a Duendes al vencerlo de visitante por 20-18 en un partido discreto y que fue válido por la novena fecha.
Si bien en el balance general del partido los mens sana hicieron más méritos para llevarse la victoria, fue a través de un penal en el minuto 42 del complemento cuando la pudieron concretar; una sanción que fue, al menos, bastante dudosa.
El primer tiempo fue tedioso, cortado, trabado, anodino. Las emociones aparecieron recién casi sobre el final. En ese período -muy parejo- Gimnasia logró imponerse en las formaciones fijas y se mostraba más compacto y prolijo en todas las facetas.
Duendes, en tanto, careció de una conducción acertada y el equipo estuvo partido al medio. Los forwards no trabajaron tan amalgamados y generalmente el jugador que recibía la pelota lo hacía prácticamente parado. Fueron contadas las jugadas en la que alguien recibió la pelota lanzado.
Eduardo Sala, de muy buen primer tiempo, abrió el marcador con un penal en los primeros minutos y pasada la media hora se convirtió en el verdugo al anotar un try y la posterior conversión, en una jugada que vio premiada su potencia y decisión.
Gimnasia se imponía con comodidad pero, antes del cierre del primer tiempo, Máximo Boffelli, descontó. Villalonga sumó la conversión y Duendes se acercó en el marcador.
En el complemento se vio lo mejor. Cuando Duendes empezaba a lucirse en el juego corto, Gimnasia pegó una nueva estocada. Casella desbordó por la derecha de su ataque y volvió a herir.
Mientras los mens sana se agrandaban, Duendes iba de mal en peor. A los 17′ Céspedes vio la roja y los verdinegros se quedaron con catorce en medio de un panorama donde reinaron los errores y la confusión.
La expulsión del pilar obligó a los cambios. Entró Carranza por Villalonga y Leandro Bouza pasó a jugar de apertura. Más allá de jugar con uno menos, cambió la imagen.
A los 28′ Pablo Bouza vulneró el ingoal mens sana y le puso incertidumbre al resultado. Al partido le restaba entonces algo más de 10 minutos y para Duendes la hazaña era posible, sobre todo porque Gimnasia ya no era el mismo del arranque del partido.
Leandro Bouza, que minutos antes había errado la conversión desde una posición algo esquinada, embocó un penal sancionado cerca de mitad de cancha pero derecho a los palos. Esos tres puntos pusieron a Duendes al frente por primera vez en el partido pero no estaba dicha la última palabra.
El partido ganó en emotividad y cuando el partido terminaba Spirandelli sancionó el penal con el que Gimnasia se abrazó al triunfo y puede seguir ostentando orgulloso la condición de invicto.
Fuente: Pablo Mihal – Diario La Capital (Rosario)