Pocos pronósticos podrían haber vaticinado un resultado tan categórico por parte de los All Blacks neocelandeses frente a sus pares del seleccionado inglés, fue por goleada 36 a 3.
Dunedin (12/06/2004).- Pocos pronósticos podrían haber vaticinado un resultado tan categórico por parte de los All Blacks neocelandeses frente a sus pares del seleccionado inglés, desteñido como pocas veces se lo vio, y desde ya sorprendido por el rendimiento soberbio de un plantel que después de siete meses sin competencia, y bajo una conducción que recién comienza bajo las directivas de Graham Henry, consiguió funcionar al mejor estilo de los grandes equipos de este país. (RugbyPress)
Sin atenuantes sobre el campeón
Una llamativa y contundente victoria por 36 a 3 alcanzó a registrar en Dunedin el seleccionado de Nueva Zelanda sobre su par de Inglaterra, ofreciendo frente a su propio público una verdadera exposición de buen rugby, ante un equipo británico totalmente apagado y sin chances significativas en el marcador y en el campo.
Curiosamente, los europeos no comenzaron mal su desempeño de cara al ingoal anfitrión, intentando a lo largo de los primeros minutos varios planteos de ataque a través de los tres cuartos.
Sin embargo, poco a poco, los All Blacks comenzaron a adueñarse de una característica tan clave como lo es la posesión del balón, empujando indirectamente hacia atrás a sus rivales, quienes sin Martin Johnson como líder nato, no pudieron encontrar la misma solidez que en sus anteriores presentaciones.
Nueva Zelanda captó de inmediato las dudas provenientes de los hombres de blanco avocados al cuidado de los metros más cercanos a su ingoal, y ello, sumado a la variabilidad en todo aspecto del capitán Dallaglio, provocó que los dueños de casa le perdieran el miedo al actual campeón del mundo, dando paso un juego abierto y de toda la cancha, que puso a Joe Rokocoko una vez más en su escenario más propicio: el try.
En lo referente al juego global, los locales funcionaron esta vez como los viejos All Blacks de algunos años atrás. La garra y la perseverancia propia de este seleccionado encontró esta vez compañía en otras cualidades también decisivas, como la inteligencia táctica para plantearle un mejor partido al adversario, y la concentración necesaria para no desesperarse en jugadas a veces muy poco accesibles.
Muy bueno fue el rendimiento de hombres como Richie McCaw, Mils Muliaina y Doug Howlett, mientras que desde su plano de gran experiencia, Tana Umaga cumplió con soberbia su legítimo rol de capitán, delineando junto al resto del plantel una performance sumamente elogiable, que puso en escena una vez más a quienes para muchos deberían ser, por talento y efectividad, los próximos dominadores del rugby mundial.
Nueva Zelanda 36 vs. Inglaterra 3
Nueva Zelanda: Mils Muliaina, Doug Howlett, Tana Umaga (capitán), Daniel Carter, Joe Rokocoko, Carlos Spencer, Justin Marshall, Xavier Rush, Richie McCaw, Jono Gibbes, Keith Robinson, Chris Jack, Carl Hayman, Keven Mealamu y Kees Meeuws.
Suplentes: Andrew Hore, Tony Woodcock, Jerry Collins, Marty Holah, Byron Kelleher, Nick Evans y Sam Tuitupou.
Inglaterra: Josh Lewsey, James Simpson – Daniel, Mike Tindall, Mike Catt, Ben Cohen, Charlie Hodgson, Matt Dawson, Lawrence Dallaglio (capitán), Richard Hill, Chris Jones, Danny Grewcock, Simon Shaw, Julian White, Steve Thompson y Trevor Woodman.
Suplentes: Mark Regan, Matt Stevens, Steve Borthwick, Joe Worsley, Andy Gomarsall, Stuart Abbott y Tom Voyce.
Síntesis
Nueva Zelanda: Tries de Spencer, Rokocoko y Howlett, más tres conversiones y cinco penales de Spencer.
Inglaterra: un penal de Hodgson.
Árbitro: Jonathan Kaplan (Sudáfrica)
Jueces de touch: Andrew Cole y Stuart Dickinson (Australia)
Estadio: Carisbrook (Dunedin)
Foto:bbc.com
Fuente: Luke R. Andrews (exclusivo desde Dunedin)
Traducción: Marcos Zanabria // www.elrugbier.com