Cuando salgan a la cancha van a ser 15 contra 15 y todo lo que haya pasado y se haya dicho hasta entonces perderá sentido. Pero hasta el sábado 9 de este mes a las 14.40 (18.40 hora local) una fuerte carga de tensión inundará la escena. El partido entre Los Pumas e Italia, que abre la ventana internacional de noviembre para ambos, no atrae tanto por el duelo entre el equipo que hizo este año el mejor Rugby Championship de su historia contra el que viene de su mejor Seis Naciones. En verdad, el factor convocante es el reencuentro de Gonzalo Quesada con los Pumas, con la peculiaridad de que esta vez estará en la vereda del lado azzurro. El choque será en el estadio de Udinese, en Udine.
El desembarco de Quesada en la Nazionale es el primero de un argentino en un seleccionado del Tier 1 como head coach. Este test match, en consecuencia, enfrentará por primera vez a los Pumas contra otro entrenador argentino. Lo que potencia la expectativa es el hecho de que Quesada no sólo fue uno de los aperturas más representativos en la historia de los Pumas, sino que también conoce a la perfección a la mayoría de los jugadores de su pasado como asistente de Mario Ledesma en el seleccionado en 2018 y entrenador de Jaguares en el Super Rugby en 2019 y lo poco que se jugó de 2020.
Por estos días, a Quesada lo atraviesa la contradictoria sensación de tener enfrente a la camiseta que defendió tantas veces y a los jugadores que ayudó a forjar. “Son partidos un poco diferentes, pero trato de no pensarlo más de la cuenta, de no distraerme. Lo encaro más estratégica que emocionalmente. Va a ser un día especial, es real. Juega la que considero mi camiseta, la de los Pumas, y cantaré mi himno. Pero al mismo tiempo entreno a Italia, mi compromiso es con Italia y lo respeto al ciento por ciento”, cuenta del otro lado de la línea desde su nuevo hogar en Peschiera Borromeo, media hora al este de Milán. “A medida que nos acercamos, trato de pensar más en cómo jugaremos, sin distraerme con otras sensaciones. Tengo una relación de amistad con muchos de los jugadores y con el staff. Pase lo que pase compartiré un buen momento con ellos después del partido. Con algunos ya hemos hablado para vernos en la semana previa también”.
En su primera asignatura al frente de la Azzurra, Quesada consiguió dos victorias (ante Escocia y Gales) y un empate (que debió haber sido victoria ante Francia de no haber sido por un fallo arbitral) para redondear el mejor Seis Naciones en 25 años de historia de Italia con las potencias del norte. Unos meses más tarde, los Pumas lograban éxitos ante Nueva Zelanda, Australia y Sudáfrica en el Rugby Championship más prolífico desde que ingresaron en 2012.
“La realidad es que Italia está algunos escalones por detrás de los Pumas”, advierte Quesada. “Dicho esto, nosotros nos vamos a preparar para lograr el mejor partido que seamos capaces de hacer. Italia se va a apoyar en un grupo que sigue siendo muy joven, con unas ganas de mejorar y crecer increíbles. Hoy por hoy, el punto más fuerte es la ética de laburo, una enorme pasión y voluntad de crecer y mejorar. Esa energía, aunque sólo tengamos una semana y media de preparación, será muy importante. Vamos a ser locales, en un estadio de fútbol, con tribunas cercanas, esperemos se genere un gran ambiente. El propósito del grupo es el de inspirar a los que los siguen”.
-¿La poca preparación puede hacer que hagan un juego más conservador que el que se vio en el Seis Naciones?
-Preparamos una base de un modo de jugar que es fácil de incorporar. Tenía planeado para después del Seis Naciones una evolución en el modo de atacar, aunque tengamos sólo cuatro entrenamientos, y vamos a empezar a laburar en esta evolución de lo que queremos hacer en la cancha. Sin tanta preparación, no será perfecto en el primer partido. Va a haber falta de automatismo, falta de timing. Todo lo que se pueda suplantar con ganas, entrega, laburo, defensa, obtención y juego con el pie hará que estemos en partido y nos permitirá probar lo que queremos en ataque. Sé que no será un partido perfecto, pero nos ponemos cero excusas. Tengo mucha confianza en mis jugadores, me tengo fe para que nos vaya bien.
-¿Qué impresión te causó la actuación de los Pumas en el Rugby Championship?
-Se los ve muy bien, muy convencidos. Entre los jugadores hay un grupo de grandes líderes con mucha experiencia y carácter, y otros más jóvenes con mucho talento también. El staff, con Felipe [Contepomi] a la cabeza, está laburando muy bien por lo que se ve en la cancha. Llevan varios meses de laburo juntos, mucho tiempo en la cancha juntos… es una gran ventaja.
-¿Cuánto hay de evolución de lo que venían haciendo con Cheika y cuánto de innovación que imprimió Contepomi?
-Hay una parte de continuidad con lo que venían haciendo con Cheika en muchos aspectos. Sé que Feli tenía ya un rol muy importante junto a Michael en el ciclo previo, por lo cual es lógico. Lo único que diría que se ve es que el nuevo entrenador de ataque, Kenny Lynn, trajo un sistema diferente, y se los siente convencidos de este nuevo modo de atacar y jugar. Más allá de las derrotas en Nueva Zelanda, Sudáfrica o contra Australia en La Plata, que no fueron sus mejores partidos, se los vio muy bien preparados siempre, muy sólidos mentalmente, mérito de Feli antes que nada, de su staff y de su grupo de líderes.
-¿Conocías a Kenny Lynn, el neocelandés asistente de Contepomi como entrenador de ataque?
-Sí, entrenó en Lyon muchos años, así que lo enfrenté con Stade Français varias veces en el Top 14. Muy buen entrenador de backs y ataque.
-Como ex apertura, ¿cómo viste a Tomás Albornoz, a quien llevaste a Jaguares en 2020?
-Lo habíamos llevado a la gira por Sudáfrica y si no se suspendía el Super Rugby estaba para ser titular. Venía dando señales muy buenas. Acá en Benetton la está rompiendo hace dos o tres años. Lo enfrenté en copas europeas cuando entrenaba en Stade Français también, lo veníamos analizando, ya estaba en un nivel altísimo. La temporada pasada jugó bárbaro, me alegró mucho que al fin tuviera su oportunidad. Tener otra opción de 10 le da muchas variantes a Felipe. Con Santi Carreras que es otro tremendo world class y Tommy Albornoz tenés ese puesto muy bien cubierto.
-¿Cómo ves la evolución de los Pumas en los últimos años?
-La performance de un equipo profesional es como una pirámide. La parte alta son los jugadores. Hoy por hoy tenés un grupo que fueron líderes muy jóvenes cuando arrancó Jaguares, como Montoya, Matera, Moroni, Kremer, Lavanini, Petti, etc., que han transmitido un modo de sentir y laburar a los más jóvenes y siguen jugando a un nivel increíble. Hay otro grupo que en 2020 eran los más chicos, como Santi Carreras, Juanchi Mallía, Bauti Delguy, Juan Martín González, y se sumaron otros jóvenes como Oviedo, Mateo Carreras, Cinti… se generó un grupo que llegó a un nivel muy alto. La segunda parte de la pirámide es el staff, donde se apoyan los jugadores. Un staff que tuvo continuidad, con Feli, el Dogo [Bordoy], Corcho [Fernández Lobbe], de muchísima calidad profesional y humana. La base de esa pirámide es la infraestructura de preparación y entrenamiento: tienen a Casa Pumas para entrenarse, en el interior hay buenos lugares para que se formen los chicos de las academias y hay un buen grupo de jugadores en los mejores clubes de Europa. Se generó una dinámica muy buena y una línea de crecimiento que sigue subiendo. Tuve la suerte de pasar dos años espectaculares en la UAR, donde disfruté muchísimo y se ve que sigue dando sus frutos. No tengo dudas de que tienen potencial para seguir creciendo y van a venir todavía mejores resultados.
-¿Se puede decir que Argentina está mejor parado a nivel formativo pero Italia está en mejor posición en lo que es rugby profesional?
-Italia está aún un poco atrás de Argentina en todos los niveles. Es cierto que la United Rugby Championship figura en un nivel más importante que el Super Rugby Americas, pero Argentina tiene un rugby de clubes donde se forma de manera increíble y una cultura de rugby a lo largo de todo el país. Cuenta con una base amateur, una base semiprofesional y jugadores de elite jugando en Europa. En Italia hay mucha gente de rugby colaborando para crecer en el rugby de clubes y lo ideal sería que en Benetton y Zebre se genere algo parecido a lo que fue Jaguares, donde estaban todos los mejores jugadores argentinos.
“Puedo compararlo con mi experiencia en Jaguares”
Con dos equipos profesionales jugando en la elite de Europa, pero la mayoría de las figuras en el Top 14 francés o la Premiership inglesa, la coyuntura del seleccionado italiano conserva algunas similitudes con la del argentino. Ni Quesada ni Contepomi tienen el control de sus jugadores. La ventaja de Italia es que tiene la posibilidad de desarrollar jugadores en las franquicias de la URC como Benetton y Zebre en un nivel muy superior al del Super Rugby Americas, además de un calendario 100% alineado al hemisferio norte. La Argentina, en cambio, cuenta con una base amateur mucho más amplia y más jugadores de elite. Quesada conjugó su exitosa experiencia al frente de equipos como Jaguares y Stade Français con su paso como asistente por los seleccionados de Francia (en 2011) y los Pumas (2018) para volcarlo en una experiencia completamente distinta como es estar al frente de un seleccionado nacional, una transición nada sencilla.
“Tuve la suerte de tener bastante tiempo desde que acepté la propuesta en junio cuando nos juntamos en París hasta que asumí. Primero que nada quería aprender bien el italiano. Me sirvieron mucho las experiencias de integrar los staffs del seleccionado de Francia y de los Pumas, pero lo que más me ayudó fue mi experiencia como head coach en equipos profesionales y multiculturales, la cuestión de la gestión de equipos”, recuerda Quesada, que eligió instalarse cerca de Milán por una cuestión logística: en el norte se concentra el corazón del rugby italiano y allí radican las dos franquicias del URC (Treviso y Parma), con las que mantiene una comunicación asidua. Además, estar en la capital mundial de la moda propicia una mejor vida social para su mujer, la ex modelo letona Liga Melne.
Durante la ventana, no obstante, la Azzurra se instalará en Roma, al sur, y viajará el día previo a los partidos debido a que en las ciudades donde hace de local (Údine, Génova y Torino) no hay infraestructura para que se alojen y se entrenen dos equipos de rugby de primer nivel. “Lo más duro fue aprender italiano y encarar esas primeras reuniones que armé con los jugadores que tenía en Italia”, continúa el goleador del Mundial 99. “Hicimos un laburo profundo con ellos, algo que hago hace muchos años en la fase de poner los cimientos en la construcción de un equipo y que fui haciendo evolucionar con el tiempo: definir con mucha claridad nuestra visión común, un propósito claro, una fuerte identidad propia, hacia adónde apuntamos, quiénes seremos como equipo. Construir una cultura del compromiso. Puedo compararlo un poco con mi experiencia en Jaguares, porque me encontré con un grupo de jugadores con muchas ganas de mejorar, muy comprometidos con el proyecto de equipo que se definió, con un entusiasmo muy grande y que adhieren a lo que se va proponiendo. Como entrenador eso te genera una sensación muy buena”.
-Con el neocelandés Kieran Crowley, el entrenador anterior, Italia había mostrado una evolución y una mayor intención de hacer un juego más desplegado y dinámico, pero a pesar de eso siempre parecía que les faltaban cinco para el peso para obtener resultados. ¿Cómo revertiste eso? ¿Tuviste que trabajar más en lo mental o en lo táctico?
-Hicimos un laburo conjunto. Se laburó en lo que es la identidad de equipo y de juego al mismo tiempo. Traían el ADN de ser un equipo de ataque, con posesión y toma de riesgos con el que me identificaba, con innovación para competir con equipos más fuertes. Fue lo primero que se definió y estuvimos de acuerdo. En una segunda etapa modificamos el sistema de ataque, se cambiaron la organización y las estructuras, sin modificar ese ADN. Después definimos afianzar eso en las bases históricas del rugby italiano como la obtención, la defensa y el uso estratégico del pie, ligado al corazón y pasión latina de los italianos.
-¿Cómo fue la repercusión en Italia de su actuación en el Seis Naciones?
-Me sorprendió. Haber logrado el mejor Seis Naciones en la historia de Italia fue un momento muy fuerte. Lo más espectacular fue ver el nivel de alegría y emoción que había en el staff de gente que está hace muchos años en el equipo. Es verdad que también hubo bastante repercusión mediática, pero siempre intenté transmitir que esto es recién el primer año de un nuevo ciclo y que hay muchísimas cosas para corregir en el rugby italiano para seguir siendo top 10. Eso es una realidad para mí muy frágil. Queremos mejorar en muchos aspectos del movimiento italiano global para mantenernos octavos en el ranking.
-¿Cómo es la realidad del rugby italiano?
-Hay poco rugby en Italia, pocos clubes, pero los pocos que hay son muy apasionados. Hay muy buena gente de rugby, que le mete mucha pasión. Comparado con cualquier otro gran país de rugby, es más chico. En lo que es el alto nivel profesional, hay sólo dos franquicias. Benetton, que es un muy buen club, muy organizado, pero que cuenta con muchos extranjeros. Zebre Parma tiene más italianos pero siempre está en reconstrucción. Continuar el crecimiento de estas dos franquicias es clave. Necesitamos que el rugby de clubes siga desarrollándose también, el Serie A elite es un buen campeonato y nos permitirá ampliar la base de jugadores seleccionables.
-Como head coach del seleccionado, ¿tu trabajo se limita a cuestiones rugbístisticas o también tenés que involucrarte en la parte estructural?
-Tanto el ex presidente como el nuevo me han pedido lo mismo: mi rol principal es liderar el seleccionado nacional, pero también participar y colaborar en el desarrollo de todo el movimiento del rugby italiano. Laburo con los staffs de los seleccionados juveniles, intervengo en la formación de entrenadores de todos los niveles, trabajo con las academias, etc. Y laburo con el director del alto nivel en el proyecto y planes para los próximos años.
-Cierran el año con los All Blacks, al que Italia nunca venció, pero a quienes siempre les cuesta un poco más en noviembre y va a ser su último partido de una larga temporada que incluye cinco Test Matches en esta ventana. ¿Sentís que tienen una chance de ganarles?
-Para mí el partido más importante que tenemos es contra Georgia [el segundo]. Es el más parejo con nosotros, perdimos hace dos años, viene creciendo, está en un nivel muy alto, está justo atrás de nosotros en el ranking. Vienen a demostrar que se merecen jugar el Seis Naciones en lugar de Italia, es un partido con mucho en juego. El más importante. Después tenemos dos partidos que son espectaculares para preparar, contra equipos que están adelante nuestro. Es verdad que es el último partido del año para los All Blacks, pero no olvidemos que le hicieron 90 puntos a Italia hace un año en el Mundial. Hoy estamos pensando más en llegar bien al primer partido. Todavía lo veo lejos.
Por Alejo Miranda
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