Hernán Lezcano es un ejemplo de superación. Nació en el barrio Maldonado, en la Bajada San José y desde niño soñaba con jugar al rugby, miraba a Los Pumas con su familia y deseaba en su interior entrar a la cancha algún día.
A los 11 años llegó su hora. Su tía lo fue a buscar y le dijo que en el barrio, desde el voluntariado Los Josefinos, daban clases gratuitas. No dudó ni un segundo. De short y ojotas, juntó un par de amigos del barrio y partió en busca de su meta.
Su amigo y gran pilar para lograr su objetivo fue Francisco Alegre, voluntario de Los Josefinos en la Bajada San José. El “Colo”, como él mismo lo llama. Lo acompañó en su proceso del barrio y luego lo llevó a jugar a la UNC cuando había cumplido los 14 años de edad. Por su parte, Nacho Suausnabar, también miembro del voluntariado, juega el papel de “hermano mayor” para Hernán y lo acompaña en cada paso de este camino.
Hoy con 16 años es jugador del Athletic, y sueña con viajar a Nueva Zelanda, un viaje que el club realiza año tras año para que sus jugadores adquieran experiencia. Sólo necesita el apoyo económico.
¿De dónde nació tu amor por el rugby?
Siempre me gustó el rugby, con mi familia veíamos los partidos de Los Pumas, pero en casa pensaban que para mandarme, había que pagar una cuota todos los meses, comprar ropa, por eso no podía ir.
¿Cuándo comenzaste a jugar?
A los 11 años comencé a jugar en el barrio. Hace mucho tiempo que quería ir a un club pero no tenía la posibilidad de jugar por que no tenía en que ir, el auto se rompía a cada rato… Un día vino mi tía y me dijo que daban clases en la capilla, así que fui y me dijeron que lleve a un par de amigos.
Empecé en la capilla a entrenar todos los sábados. La primera clase fui con un short y ojotas y estuvo bueno… A mi abuela no le gustaba por que decía que me iba a golpear.
Después los chicos me llevaron a una práctica en la UNC y me dijeron que iba a empezar a jugar ahí becado. Era otra cosa, era de otro nivel y me gustó y me entusiasmó mucho.
¿Quién te regaló tus primeros botines?
Mi tío me había traído unos de Buenos Aires, para empezar, pero mi mamá me compró mis primeros botines de tapones de aluminio. Yo me los quería comprar cuando era chico.
¿Sentiste el apoyo de tus compañeros?
Sí. Mis compañeros siempre me ayudaron, por que estaba con obesidad y había algunos ejercicios que no podía hacer en un principio. Pero después empecé el gimnasio y eso me ayudó.
¿Pensaste que harías hoy, si no te hubieras dedicado al rugby?
Si no me hubiera dedicado al rugby, pienso que estaría tomando el te en casa con facturas con casi 200 kilos. Me ayudó mucho el deporte, bajé 30 kilos, estoy con nutricionista.
¿Cómo te organizas con la escuela? ¿Tenés pensado que vas a estudiar cuando termines?
Estoy en quinto año del secundario, me va bien, me organizo bien los tiempos con el estudio. El primer mes fue un loquero para organizarme. Voy a un colegio especializado en humanidades. La noche se lo dedico al estudio y a veces a la mañana. Mi mamá me ve que soy responsable con el estudio por que tengo buenas notas.
En la escuela cuando me vieron que bajaba de peso, me preguntaba que estaba haciendo y si lo hacía por que me gustaba. Me tienen consideración cuando no alcanzo a hacer una tarea. Todavía no pienso que voy a estudiar, me gusta la carrera de locución.
¿Qué aprendiste de este deporte?
Mi familia me enseñó un montón de valores, eso me sirve mucho. Nunca fui violento, está el prejuicio de que digan que el rugby es violento, pero practicar este deporte me sirvió para saber que no toda la gente es mala. Mis amigos del barrio me desean suerte y me dicen que voy a llegar lejos. Ojalá tenga la posibilidad de viajar a Nueva Zelanda, con el Athletic. Me gusta jugar en cualquier puesto, sólo quiero jugar.
¿Qué sentiste en tu primer partido?
Cuando me tocó entrar a la cancha el primer partido, le pedí a dios que me ayude. Después fui tomando confianza.
¿Qué dice tu mamá?
Mi mamá está orgullosa de todo lo que vengo logrando y me ayuda mucho.
Hernán es una persona bien plantada, con los pies sobre la tierra y ante todo, hace que el deporte sea además de una forma de vida sana, algo que lo envuelve de sueños y objetivos.
Le preguntamos a Francisco Alegre que piensa de Hernán, y esto nos dijo:
“Hernán es un proyecto de vida que ilumina al resto de las personas del barrio. Es un ser mágico y es muy fácil trabajar con Hernan. El tiene ganas de crecer, de estudiar y la familia lo acompaña. Tiene un futuro enorme como deportista y como persona, nosotros no pretendemos que sea un Puma, sino una buena persona”.
Luego agregó: “Tiene cualidades físicas para desarrollarse muy bien en este deporte. Hernán va a ser el primero de un montón de chicos que queremos que salgan. Ahora tiene la posibilidad de viajar a Nueva Zelanda y vamos a hacer lo posible para que vaya. Muchas veces las situaciones económicas son complicadas y nosotros tratamos de acortar la brecha. En el barrio hay muchos chicos que tienen muchas ganas”.
Para finalizar su amigo y fiel acompañante “Colo”, expresó algo que emociona y habla a las claras de la personalidad humilde y alentadora de Hernán.
Todas las cosas que Hernán aprende en el Athletic… va y se los enseña a los chicos del barrio.
http://confedeportes-cba.blogspot.com.ar/
En la página de Espartanos, la ONG que revolucionó las cárceles utilizando al rugby como herramienta de educación e inserción social para los presos, hay un video corto...
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