El 15 de abril finalizó la fase regular de la Liga Pro D2 de Francia con Nevers en la séptima posición. Ese día no fue uno más para el ex jugador de Tala, Dogo, Pumas, Pumas 7s y Pampas XV, Horacio San Martín, quien le bajó el telón a su extensa y exitosa carrera deportiva. Este gran jugador que dejó su sello en la entidad de Villa Warcalde como así también cada vez que le tocó usar la camiseta roja y celeste y blanca, habló con CORDOBAXV de su decisión de colgar los botines como así también de su futuro en el deporte ovalado.
Formosa, Córdoba y Nevers, fueron las ciudades que pudieron disfrutar de San Martín cada vez que tuvo que ingresar a una cancha de rugby. El ahora ex centro de 36 años, casado y con dos hijos, sintió que era el momento exacto para decir basta. En las siguientes líneas expresó lo que lo llevó a tomar esta decisión como así también realizó un repaso de todo lo bueno y lo malo en su carrera deportiva.
– ¿Cómo surgió la idea de decir basta?
– A esta edad todo se hace más difícil, el cuerpo se empieza a cansar un poco más, tuvo una reunión con el manager de USON Nevers y me propuso que continúe en el club, pero como entrenador del segundo equipo, algo así como una M23, formando parte del staff técnico profesional así que contento por eso porque pensando en mi futuro me hace bien. Seguir jugando la podía estirar uno o dos años más mientras que esta propuesta es un nuevo comienzo de cara al futuro.
– ¿Cuándo miras para atrás con qué cosas te quedas de tu carrera deportiva?
– Me quedan muchísimo recuerdos. En 30 años de jugar al rugby, la verdad que me quedo con los comienzos con todos mis primos (José, Marcial y chicho Basile). Ese comienzo siempre lo tuve muy presente y más todavía con el apoyo siempre de ellos durante toda mi carrera sobre todo cuando tomé la decisión de irme a jugar a Europa. El Tala también es otro de los grandes recuerdos por todo lo que me dio. Tengo muy presente el año 2004 de cómo disfrutábamos de jugar al rugby, el seleccionado de Córdoba también que fue un paso muy lindo pero que nos costó muchísimo allá por el año 2002. Haber sido campeón después de siete años con el seleccionado, fue algo fantástico. En 2009 debute en Los Pumas en el Millenium de Cardiff, algo verdaderamente increíble porque había logrado lo que todo jugador de rugby anhela. El último tiempo en Francia también la pasé muy bien porque pude hacer muchos amigos los cuales también los considero familia y es algo muy grato dentro de mi carrera.
– ¿Hay algún momento en particular que tengas bien fresco en la memoria?
– El ascenso con USON a la liga PRO D2 fue algo muy importante. El haber podido jugar en un nivel tan importante como lo fue la segunda división en Francia, fue algo que me quedó muy adentro mío porque los últimos dos años me lesioné muy grave con dos operaciones de rodilla, quebrada del tobillo. Jugar en la liga PRO D2 era algo que quería mucho desde que llegué al club y haber podido jugar en esta categoría fue algo fantástico.
– ¿A Tala en qué lugar de importancia lo pondrías?
– Tala estaría en un lugar VIP de mi vida. Fue algo primordial en mi vida porque la cultura de este club me enseñó muchísimo desde mi llegada de Formosa. Disciplina, compañerismo, humildad, son algunos de las enseñanzas que me dejó Tala y que todavía las sigo volcando. Creo que la elección para entrenar la M23, es por mi disciplina y mi manera de hacer las cosas y eso se debe a la escuela que me dio el Tala.
– ¿Qué recuerdos te quedan de tu paso por Los Pumas, Pumas 7s, Pampas XV?
– Fue una etapa espectacular. Aprendí mucho en mi paso por los distintos seleccionados nacionales sobre todo porque terminamos siendo conejillos de india con toda la estructura nueva del Pladar. Los Pumás 7s fue algo increíble porque me quedan solamente recuerdos buenísimos como haber sido campeones en San Diego, haber llegado a la final del Mundial de 7s ante Gales fue algo muy especial. Jugar en Sudáfrica con los Pampas XV la Vodacom Cup fue algo impensado en aquel momento terminan siendo cosas muy lindas vividas que pasé al lado del “Negro” Martín Bustos Moyano y Genaro Fessia.
– ¿Martín Bustos Moyano tiene algún significado especial por todo lo que vivieron juntos?
– Para que te des una idea de todo lo que fue vivir con el “negro”, basta con acordarme cuando arrancamos juntos en 2005 cuando viajamos a Singapur. Éramos los nuevos en los Pumas 7s, andábamos juntos para todos lados lo que provocó que nos hiciéramos muy amigos porque anduvimos juntos en muchos seleccionados. En Francia continuo nuestra amistad y cada tanto nos juntábamos a comer un asado. Otro de quien no me quiero olvidar, es de “Cote” Basile. Es mi primo, mi familia, fuimos a la escuela juntos en Formosa junto a Marcial siempre anduvimos juntos para todos lados. Genaro también es de la misma época en donde compartimos muchísimas cosas.
– ¿Qué sabores amargos te quedaron del rugby?
– Sabores amargos siempre uno tiene, pero, al fin y al cabo, uno se da cuenta de que por algo pasan las cosas y siempre después de algo feo, llega algo muy bueno. Estando en Francia me corté los cruzados fue la primera lesión grave que tuve y la verdad es que me costó muchísimo la recuperación. Trabajé mucho en tres centros de Alto Rendimiento para poder recuperarme porque se me hizo largo y complicado y cuando vuelvo, juego tres meses y me quiebro el tobillo, y me tuvieron que operar de nuevo la rodilla. Los últimos dos años fueron bastante accidentados, pero también muy lindos porque en ese momento el apoyo de mi mujer, Laura y el de mis dos hijos, Paloma y Gaspar, siempre motivándome junto a mi mamá y mi papá que siempre estuvieron a mi lado. Esos fueron momentos duros, pero fue cuando la familia está al lado tuyo de manera incondicional, ayudándote a seguir adelante.
– ¿Cuándo empezaste a sentir que el rugby pasaba a un segundo plano?
– El rugby nunca pasó a un segundo plano, soy un enfermo del rugby, lo que sí te puedo decir, es que después de la charla que tuve con el manager, él me habló como un padre y me dijo, tenes 36 años, es hora de empezar a pensar en tu futuro y como la charla fue tan profunda que me hizo abrir los ojos. Después llegó el momento de hablar con mi mujer, sentí que a esta edad la exigencia del cuerpo son otros porque pasaba mucho tiempo por el kinesiólogo y eso me cansó un poco mentalmente, pero me di cuenta de todo, cuando acepté el cargo de entrenador. En ese momento me sentía más jugador que entrenador, pero pensándolo más tranquilo me di cuenta de que era momento de pasar a ocupar otra función. Tomé una acertada decisión de ser entrenador.
– ¿Qué se viene ahora para tu vida?
– Me voy a quedar en Nevers más allá de que te tira mucho volver a Argentina. Tenemos un proyecto por delante muy interesante, estamos criando a nuestros hijos en un pueblito muy tranquilo y muy familiar, el proyecto del club es muy grande. USON es un club con una estructura muy grande, envidiable en toda Francia. Hay un proyecto a subir al Top 14 en dos años, por eso ahora tengo que empezar con la formación de entrenador la cual comienzo en junio, dura un año, por eso ahora es tiempo de empezar a leer mucho, estudiar y hacer mucho análisis de video.
– Con tu retiro no le estarás mandando un mensaje entre líneas a Martín Bustos Moyano y José Basile….
– No para nada. A Martín todavía le queda mucho hilo en el carretel y yo todo el tiempo le meto fichas para que siga hasta donde uno se de cuenta que ya está, pero el negro tiene tres años menos que yo así que todavía le quedan mínimo tres años más. Él es un jugador muy disciplinado y estoy seguro de que va a seguir un par de años más. Cote entre que deja, vuelve, deja y vuelve, por ahí en Córdoba se hace todo un poco más complicado sobre todo porque todo es muy amateur. Mi consejo para todos es que hay que jugar hasta que el cuerpo diga basta y hasta que la cabeza que es lo más importante diga basta. Más allá de seguir jugando o no, considero que tenemos que seguir ligados con el rugby porque es algo que hacemos hace treinta años por eso uno debe disfrutarlo al máximo hasta donde se pueda porque una vez que colgas los botines no hay vuelta atrás. Espero que ambos sigan jugando, me encanta verlos en la cancha y la decisión mía de haber dejado de jugar fue durísima pero ya está. Ahora solamente meterle para adelante.
Por último, no me quiero olvidar de mis amigos del club (Tala) a los cuales estoy agradecido como Marcos Lobato, Gastón Oviedo, los hermanos Ortiz y tantos otros que me marcaron mucho.
Por Martín Quetglas
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