La estrella del rugby de Gales nacido en Nueva Zelanda, Gareth Anscombe, ha revelado que le debe su carrera a un donante misterioso después de recibir un injerto óseo en una pelea de dos años por una lesión grave en la rodilla.
Anscombe se rompió el cruzado anterior de la rodilla derecha durante el partido de preparación de Gales contra Inglaterra antes de la Copa del Mundo de 2019, y estuvo fuera de acción durante 25 meses.
Le dijo a The Daily Mail que tuvo tres operaciones, y la última, una osteotemia tibial, requirió que los cirujanos le rompieran la espinilla, realineen la pierna e inserten un tiro de hueso en la rodilla.
“Mi pierna derecha está un poco arqueada”, dijo Anscombe. “Debido a eso, mi injerto de LCA estaba sometido a mucho estrés. Cuando hicimos una exploración, vimos que parte de mi hueso se estaba volviendo bastante blando y quebradizo, que es peligroso”.
Anscombe expresó que los cirujanos tuvieron que “realinear mi cadera, rodilla y tobillo porque estaban a unos siete grados de distancia.
“Cortaron parte de mi tibia para enderezar mi pierna. Necesitaba conseguir un tapón óseo de Estados Unidos, lo que básicamente implica esperar a que alguien fallezca”.
“Me pusieron parte de su hueso en la rodilla. Eso requirió que se insertaran tres tornillos grandes”.
Anscombe bromeó: “Me he preguntado quién habrá sido el donante. ¡Espero que me hayan dado un hueso de atleta!”
Después de la operación de injerto “no se trataba de volver a jugar, sino de poder correr de nuevo”, dijo Anscombe.
Obtuvo el visto bueno para reanudar alguna que otra actividad deportiva el pasado mes de enero. Comenzó la práctica de a poco y en junio participó de forma limitada en las sesiones de entrenamiento de Ospreys.
Finalmente regresó a las canchas para el amistoso de septiembre de su club Ospreys contra Northampton Saints, 761 días después de su lesión.
A finales de octubre, estaba de vuelta con la camiseta de Gales, experimentando “un abrumador sentido de gratitud” en su regreso al rugby internacional contra los All Blacks en Cardiff.
Anscombe le dijo a The Daily Mail que su rehabilitación había sido “un camino realmente oscuro”, y dijo que su cirujano le dijo “Necesitaba pensar en la perspectiva de no volver a jugar”.
A pesar de los contratiempos de sus lesiones, reconoció el apoyo de su esposa Milica y su familia, y la agradable distracción de la pequeña Teifi por ayudarlo a pasar algunos momentos difíciles.
Anscombe se había establecido como la primera opción de Gales en su temporada de Grand Slam del Seis Naciones de 2019 antes de su lesión, y admitió que el objetivo de volver a probar el rugby era una fuerza motivadora importante.
Por último agregó: “No me veré exitoso hasta que vuelva a donde estaba en 2019”.
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