La selección irlandesa de rugby presentó este sábado su candidatura para ganar el Seis Naciones tras derrotar en Dublín a Francia por 30-21 con sus mismas armas: con tenacidad, velocidad y, en ocasiones, hasta fantasía.
El XV del Trébol rompió así una racha de siete derrotas consecutivas a manos de los “bleus” y vengó la amarga derrota de 2007 en Croke Park, la que privó a esta generación llamada de oro de ganar un gran torneo.
Irlanda ha asestado un gran golpe derrotando a Francia.
Los ya “veteranos” O’Gara, O’Driscoll, O’Connell y compañía podrían tener ante sí su última oportunidad en esta edición, en la que también recibe en casa a Inglaterra y, quizá, se la juegue en una difícil salida en la última jornada contra Gales, la gran favorita.
Irlanda tomó pronto la delantera gracias a un golpe de castigo transformado por su apertura Ronan O’Gara en el segundo minuto del partido. Pero a parte de un par de prometedores “mauls”, con los delanteros de Munster, campeones de la Heineken Cup, máxima competición europea, ganando metros, el XV del Trébol se echó pronto atrás y optó por jugar a base de patadas de O’Gara y Kearny, a los que les fallaba la puntería.
Respuesta francesa
Una de las inseguras incursiones verdes en territorio enemigo provocó una de las mejores jugadas de la primera parte. Un fulgurante contraataque francés, que, partiendo desde su línea de diez metros, culminó con un ensayo de Harinordoquy.
Desde un complicado ángulo, Beauxis acertó con la transformación y Croke Park enmudeció ante la perspectiva de que la maquinaria francesa ya estuviese engrasada. Y lo estaba. Su juego a la mano, con velocidad, versatilidad, rompiendo líneas una y otra vez, produjo varios momentos de pánico entre la defensa verde, que, no obstante, abortaba in extremis los avances contrarios.
Sólo O’Gara, como es habitual, mantenía a los suyos en el partido gracias a las transformaciones de golpes de castigo. De repente, con un sólo punto de diferencia entre ambos equipos, Irlanda se “vistió” de azul en el minuto 33 y demostró que no sólo sabe encajar, también juega bonito.
Veloz espectáculo
Heaslip culminó con un ensayo una maravillosa combinación de pases precisos que descolocaron a los franceses. El corpulento ocho zigzagueó entre la defensa gala y depositó el oval casi bajo palos. Cuando parecía que los locales se irían al descanso con una ventaja importante y, hasta cierto punto, sorprendente por inmerecida, Beauxis redujo distancias con un “drop”, patada a palos de bote pronto, en los últimos segundos de la primera parte.
La segunda mitad prometía más espectáculo y a la cita no podía faltar el capitán irlandés. O’Driscoll recordó al de hace cuatro o cinco temporadas con una internada llena de velocidad, potencia y habilidad para hacer el segundo ensayo. Le respondió el ala izquierdo Medard con otro ensayo tras recibir un pase al hueco salido de la bota de Beauxis, quien unos minutos después convertía otro “drop” para acercar al XV del Gallo a una Irlanda crecida.
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