Los Pumas cerraron la etapa clasificatoria cumpliendo sus propias expectativas. Ahora llega la hora del todo o nada en los cuartos de final.
La última victoria de Argentina sobre Namibia por 64 a 19, terminó de confirmar el buen momento de los latinoamericanos que jugarán el próximo domingo ante Irlanda en Cardiff, por uno de los cuartos de final de la Copa del Mundo. Fueron 9 tries (5 de forwards y 4 de backs, sin que ningún jugador repitiera) para terminar en lo más alto de la tabla de equipos a la hora de marcar puntos (179), como dato saliente.
Con el objetivo de pase a siguiente fase cumplido (aún antes de jugar contra Namibia), Los Pumas intentarán dar el gran golpe de meterse en semifinales, siguiendo lo planificado, y sin mayores imponderables, algo que en una Copa del Mundo no es poca cosa.
La última foto
La imagen que dejaron Los Pumas ante Namibia, cotizó las acciones de Hourcade en alza para el choque contra Irlanda, con un scrum que funcionó y una defensa sólida, los dos talones de Aquiles que había evidenciado el equipo en sus presentaciones anteriores contra Georgia y Tonga.
Sin embargo, jugadores y cuerpo técnico, son conscientes de que la medida de Namibia no se equipara con la de Irlanda, aunque por otro lado, saben que cuando tuvieron a los All Blacks enfrente mostraron una de sus mejores versiones, con lo que esperan responder igual ante el Trébol.
Con un amplio número de suplentes en la alineación ante Namibia, los jugadores que metieron presión para meterse en la lista de cuartos de final fueron Moroni, Ortega Desio y González Iglesias. El equipo titular de Hourcade para la otra etapa sale de memoria. Con Leguizamón con chances por su desgarro, también los del banco de suplentes están prácticamente dichos.
De no mediar sorpresas, Ayerza, Creevy, Tetaz Chaparro; Lavanini, Petti; Matera, Fernández Lobbe, Senatore; Cubelli, Sánchez; Cordero, Hernández, Bosch, Imhoff; Tuculet sería el quince inamovible, con Noguera Paz, Montoya, Herrera, Alemanno, Ortega Desio o Leguizamón, Landajo, De la Fuente y González Amorosino, en los reemplazos.
En números
Las estadísticas de ayer fueron claras para justificar la victoria sudamericana en Leicester. Una posesión dominante de un 62 %, ayudada por un parecido porcentaje en lo territorial (66%), fueron las bases de la victoria, que por momentos pareció desordenada debido a la desmesurada vocación ofensiva de Argentina que le impidió controlar la pelota y las acciones cómo sabe, dejándolo expuesto a las réplicas namibias que fueron transformadas en tres ties.
A la hora de hacer nombres, Argentina tuvo puntos altos en el ataque con un inspirado Matías Moroni (182 metros corridos, en 4 quiebres claros), que se soltó a pesar de estar en una posición ajena. Agulla y González Amorosino fueron sus socios perfectos en el ataque, pero también hubo forwards para destacar como Julián Montoya y Pablo Matera.
La meta de Los Pumas para este choque eran claras: mantener su ambición ofensiva corrigiendo el scrum y la defensa. En el scrum sacó todo lo que tiró y robó 2 pelotas, y en la defensa cometió sólo 4 penales en todo el partido (1 en el primer tiempo) y de los 62 tackles que intentó acertó en 55.
Argentina hizo los deberes en la etapa de grupos y así lo dicen sus números. No solo por ser el equipo más goleador (179 puntos, con un promedio de 44,75 por partido), sino que además marcó 22 tries (5,5 por partido de promedio) y sacó punto bonus ofensivo en cada una de sus victorias.
Pero Los Pumas no son solo un equipo que ataca. En defensa tiene un promedio por encima de los 100 tackles por partido, de los cuales el 80 % son efectivos. Puede perder como mucho un scrum y un line en cada presentación y su promedio en penales están por debajo de los dos dígitos (9,75). Además sólo recibió dos tarjetas amarillas (Matera y Bosch).
El análisis desde adentro
Los protagonistas argentinos se mostraron conformes, como era de esperar. Juan Martín Hernández resumió al decir que “años atrás el equipo no marcaba tantos tries, en este partido se tomó todo muy serio. Había muchos chicos que no venían con muchos minutos en cancha y lo hicieron muy bien, por momentos hubo desprolijidades pero es algo que podía pasar con un partido tan abierto”, dijo el Mago.
Por su lado, el técnico Daniel Hourcade fue más autocrítico al señalar que “en ataque no fuimos agresivos, lateralizamos demasiado y eso permitió a Namibia que, con ganas y buena defensa no nos dejó hacer el juego que queríamos hacer. Aún así se marcaron diferencias claras. El aspecto defensivo fue muy bueno, los tries llegaron por pelotas perdidas y solo nos quebraron dos veces en todo el partido”.
La mirada namibia del partido la ofreció el técnico galés Phil Davis, quien reconoció que “fue un partido duro. Hemos jugado contra uno de los mejores equipos del mundo. Argentina definitivamente mejoró las últimas dos temporadas con su ingreso al Rugby Championship”; en tanto que Rohan Kitshoff rescató el “tremendo orgullo” de sus compañeros que “dieron batalla hasta el final”, al tiempo que subrayó que “Argentina es un claro ejemplo de lo que significa ser parte de una competición de primer nivel. La evidencia aparece cuando uno ve lo mucho que han crecido durante los últimos cuatro años”, sentenció.
El famoso “paso a paso”
Hace poco más de un mes, cuando Los Pumas pisaron suelo inglés, tanto jugadores como cuerpo técnico repitieron en cada declaración que no querían adelantarse a los acontecimientos. Así fue que partido tras partido supieron sortear obstáculos como la suspensión de Mariano Galarza tras la derrota del debut ante los All Blacks (26-16).
Argentina jugó bien en el bautismo de Londres 2015 y ratificó a medias contra Georgia, que ya se había convertido en el virtual rival que disputaría la plaza por los cuartos de final, cuando le ganó a Tonga. Lo cierto fue que, tanto contra georgianos como contra tonganos, Argentina lució algunas fisuras en defensa, en su obtención y en su efectividad para transformar en puntos todo lo bueno que generaba en ataque.
Después de cuatro partidos disputados, con tres victorias y una derrota (previsible ante los All Blacks), Argentina tiene “la casa en orden”. El ánimo del equipo es bueno, la performance puede calificarse de satisfactoria, más allá de los puntos señalados a corregir, y con un equipo consolidado que agregó varios jugadores descollantes.
Argentina pudo consolidar una pareja de conductores en Landajo-Sánchez, con el apertura tucumano de regreso a su nivel, tanto para patear a los postes (es el goleador de la Copa) como para conducir. El otro punto alto estuvo en los tres del fondo, con Cordero e Imhoff intratables en la ofensiva, sumados a la solvencia de Tuculet como full back. Por último llevó tranquilidad cuando tuvo que meter mano en el banco de suplentes, donde antes habían grandes diferencias con los titulares.
Ahora ya sabe que su rival será Irlanda que dio una prueba de carácter al superar a Francia 24 a 9, pero que perdió piezas claves para una llave de eliminación como lo son los cuartos de final. Es por eso que a Los Pumas, las posibles bajas irlandesas de Jonathan Sexton y Paul O’Connell, le mejoran significativamente sus chances ante el bicampeón del Seis Naciones en la próxima instancia.
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