Según el ahora analista deportivo, el juego aéreo del seleccionado neozelandés quedó expuesto, marcando una preocupante diferencia respecto a épocas anteriores.
Dagg apuntó a la decisión de Scott Robertson de ubicar a Rieko Ioane, tradicional centro, como wing, como uno de los factores que debilitó la estructura aérea del equipo. “Es un arte, una habilidad que se aprende con el tiempo. Rieko tuvo dificultades con el balón alto, probablemente por falta de confianza y ritmo en esa posición”, expresó en el programa Scotty & Izzy.
Además, el ex jugador hizo hincapié en la falta de precisión en el juego con el pie y la estrategia de patadas: “Nuestros envíos van al centro del campo, demasiado largos, y no nos permiten presionar. Terminamos regalando campo y sometiendo a nuestra defensa”.
Pese a los errores, Dagg destacó el nivel de un equipo francés diezmado pero efectivo: “Nunca hay partidos fáciles contra Francia. Dejaron a sus figuras en casa, pero jugaron con calidad de Top 14. Hay mucho por corregir, pero también cosas positivas que rescatar”.