Además de la jerarquía de un rival que llegó a la final en las últimas dos ediciones del Super Rugby, los Jaguares deberán luchar con el efecto de la altura y el predominio de unos Lions que, en el Ellis Park, sólo perdieron ante Hurricanes y Crusaders. En este informe te contamos cómo los sudafricanos edificaron su poderío en casa.
Los números son categóricos y su rendimiento como local asusta. Así de claro y contundente es el predominio de estos leones sudafricanos que llegan precedidos de una ajustada victoria ante Sharks en un escenario en el que son prácticamente inexpugnables.
Desde que se produjo el ingreso de Jaguares a la competencia, los Lions jugaron 20 partidos en Johannesburgo y sólo sufrieron tres caídas. Dos de ellas ocurrieron en 2016: perdieron en la fase regular ante Crusaders por 43-37 en un duelo correspondiente a la semana 6, pero luego se vengaron del mismo rival al superarlos por 42-25 en el cruce de los cuartos de final.
El otro registro negativo en ese año se dio ante Hurricanes, en una tarde para el olvido en la que los de Wellington se florearon y se llevaron a Nueva Zelanda un lapidario 50-17. Más tarde los kiwis se consagraron campeones venciendo en la gran definición a los propios Lions en el Westpac Stadium por 20-3.
Pero la evolución del equipo que por aquel entonces dirigía Johan Ackermann, se dio un año más tarde, ya que arrasaron con todos sus rivales totalizando nueve éxitos y un único traspié. ¿Quién fue el responsable de ese sinsabor? Los mismísimos Crusaders, en la gran final, llevándose el match por 25-17 para levantar la copa en un templo del rugby.
Si bien es cierto que los 1750 metros sobre el nivel del mar genera un efecto de ahogamiento sobre el final, fundamentalmente en el tramo final de cada partido, la franquicia de Johannesburgo mostró que su poderío radica en un rugby expansivo y vertical que resulta muy difícil de contener para sus adversarios.
Ese será el desafío para Mario Ledesma y su staff, quienes deberán idear un plan para neutralizar sus virtudes, controles los efectos adversos de la altitud e intentar estar a la altura frente a unos Lions que quieren éste sea su año de despegue.
Por: Esteban Chamas (@echamas)
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