Jaguares tocó fondo con la caída ante Western Force y el equipo precisa despabilarse para dar la talla en un Super Rugby que sabe sacarse de encima lo que no le sirve para el negocio.
Force o Rebels. En Australia, uno de los dos dejará de competir a partir del año que viene en el Super Rugby y, por cuestiones de presupuesto, el que más difícil parece tener su permanencia en el torneo es el de Perth, el mismo que el sábado le ganó a los argentinos en Buenos Aires. Sí, un equipo a punto de desaparecer minimizó a uno que no aparece.
No hay riesgo, a corto o mediano plazo, que Jaguares corra la misma suerte que el australiano y los dos sudafricanos (serían Kings y Cheetahs) que se despedirán esta temporada. Pero esta pasividad no ayudará si en un futuro los argentinos dejan de ser una plaza atractiva para el negocio y la competencia.
El del fin de semana pasado fue el punto más bajo de una franquicia argentina que viene desencantando a su público cada vez más. Desde aquellas primeras fechas en las que encendió cierta ilusión de poder ser competitivo a la deslucida imagen que dejó en Liniers, donde el frío en las tribunas no fue tan preocupante como el pobre espectáculo en la cancha.
Lo cierto es que, desde que se fue a Sudáfrica luego de ganar cuatro partidos seguidos en el país, Jaguares no es el mismo: falla en defensa, en el scrum, comete penales infantiles, errores de manejo propios de una Preintermedia y, lo peor de todo, la única muestra de reacción que tuvo fue para salvar el papelón con Sunwolves. Todo eso, cabe destacar, con los jugadores que se están preparando para estar en el próximo Mundial, donde espera un grupo pesado con Inglaterra y Francia.
Porque desde el vamos, habrá que resignarse a entender que la franquicia es la base experimental de los Pumas, donde se prueba todo lo que un test internacional no permite. Sólo así se puede explicar que no se haya visto en Vélez una mayor intensidad para tratar de conseguir un triunfo cuando, horas antes, Kings había sorprendido a Sharks, que incluso perdiendo se dio el lujo de agrandar la diferencia en la tabla pensando en la clasificación a los play offs gracias al bonus defensivo.
Hoy a muchos jugadores se los ve en su zona de confort. Son profesionales en su propio país, hacen lo que aman cerca de sus afectos, son buscados por las marcas y el 80% sabe que va a tener su lugar en los Pumas. Si no, ¿quién va a jugar? Las derrotas significan dolores y enojos ocasionales que sanarán con el correr de los días hasta el próximo partido. Con la idea de “aprender”, esa que tanto se repitió desde el ingreso al Super Rugby, Jaguares se olvidó de jugar y competir. Y se percibe adentro de la cancha.
Por Chris G. Csher
www.rugbyfun.com.ar
Foto: UAR/Rodrigo Vergara
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