Es el autor de Legado, el libro de cabecera de ejecutivos y emprendedores. En la previa de su visita a la Argentina, revela qué tiene en común el liderazgo corporativo, deportivo y político.
¿Qué tienen en común los deportes y las empresas? A priori, poco. De hecho James Kerr –autor del libro Legado: qué nos enseñan los All Blacks sobre la empresa de vivir– admite que las analogías deportivas estrictas generalmente no funcionan. Sin embargo, en su libro enumera 15 principios sobre liderazgo (una suerte de metáfora sobre los 15 jugadores que hay en un equipo de rugby) y la importancia que cada uno juega, tanto individual como colectivamente: “Hay una especie de verdad fundamental respecto a cómo los seres humanos trabajan en conjunto, y eso se nota sobre todo en los deportes pero creo es igualmente cierto diferentes ámbitos”, explica.
Entre 2010 y 2013, Kerr tuvo la oportunidad de seguir de cerca a los All Blacks –un equipo que rompe récords dentro y fuera del rugby– sobre el final de un proceso de grandes cambios para los custodios del Haka: “Tuvieron un reinicio de su cultura, donde realmente analizaron cuáles eran sus valores más profundos y su propósito, el liderazgo grupal en términos de qué tipo de ambiente querían crear”, recuerda. ¿El resultado? “En 2004 eran, probablemente, los más exitosos en la Historia del deporte: tenían un promedio de victorias del 75 por ciento en 100 años. Al final de 2014, ganaron casi el 95 % de todos partidos jugados. Entonces tomaron una de las estadísticas deportivas más impresionantes y le sumaron casi un 20% arriba, gracias a un enfoque no en el rugby sino en la parte blanda: liderazgo, carácter, cultura”, concluye.
Creo que es una combinación de todas ellas. Podés establecer cuáles son tus valores, pero si no los hacés reales para la gente quedan como si estuvieran colgados de una pared. Creo que al final, mucho se resume en los valores: ¿Qué es lo que valorás realmente? ¿Qué estarías dispuesto a defender y, por lo tanto, qué no?. Uno de los valores de Enron era la integridad y mirá lo que pasó… En su caso, la distancia entre sus valores y sus acciones, o entre sus creencias y sus comportamientos, era muy grande y se volvió desastroso. Lo que observé, no sólo en los All Blacks sino en muchos equipos de alto rendimiento, es que tienden a estar muy conectados con sus valores, los viven y encuentran formas de hacerlos realidad. Si te separás de tus valores, terminás como Enron o –y con suerte no me demandan por esto– Volkswagen: se supone que la integridad es una gran parte de la empresa, pero estaban manipulando los niveles de emisión. Sus valores y su accionar estaban muy alejados y eso les terminó costando u$s 20 mil millones hasta ahora.
Un CEO que sólo ve a la empresa como un medio para hacer dinero, ¿puede ser un buen líder?
La misión de una empresa es hacer dinero, pero el propósito generalmente necesita ser más que eso. Y es ahí donde se crea valor: la contribución que hace la empresa a otros seres humanos. Y, en este sentido, lo que suena de alguna forma altruista o caritativo, termina siendo comercialmente muy fuerte. Muchas de las empresas que suele ocupar los primeros puestos en los rankings de marcas tienden a estar bastante orientadas a propósitos. Y hay muchos casos, por ejemplo cuando Henry Ford manejaba Ford Motor Company su propósito era democratizar el automóvil, y hoy tal vez no haya un Ford en la entrada de cada garage, pero definitivamente hay un auto accesible en muchos de ellos. Entonces, ese propósito fundamental (fabricar autos que estén disponibles para las masas) creó una de las empresas más exitosas de los últimos 100 años. Las compañías que se preocupan únicamente por las ganancias (los Enrons de este mundo, si se quiere) parece que le va bien por un tiempo, pero después tienden a autodestruirse porque les está faltando esa idea central de por qué lo que ellos hacen es importante.
¿La humildad es un bien escaso entre los líderes empresariales?
Digamos que hay una diferencia entre la confianza en uno mismo y la arrogancia. En mi experiencia, y no importa si es en el plano militar, de los deportes o los negocios, aquellos que son muy buenos en lo que hacen generalmente son de mentalidad humilde, y son humildes frente a la labor. Conocen el desafío, lo aceptan y entienden que son una parte pero que no todo se trata de ellos. La humildad implica correr el ego a un costado por un rato. El líder es un recurso para que la gente que está en su negocio se supere todos los días. A largo plazo, es una mentalidad mucho más efectiva que pensar “¿Cuánto dinero puedo sacar de esta empresa?”. Si el objetivo es crear una organización que te sobreviva, que siga haciendo un buen trabajo y buenos negocios mucho después de tu tiempo, y entendés que sumar al legado o “dejar la camiseta en un lugar mejor” (NdR: una frase que suelen decir los All Blacks), ese enfoque tiene a dar resultados en el tiempo: mejores líderes, más lealtad, menos problemas de imagen.
¿A qué se refiere cuando habla de legado, exactamente?
Creo que la mayoría de los líderes de carácter llegan a un punto donde se preguntan: “¿Qué voy a dejar? ¿Qué estoy construyendo?”. Sobre todo los emprendedores están muy preocupados por el legado, porque empezaron sus compañías de cero así que quieren dejarlas en un buen lugar, quieren que duren. Y creo que eso es un motor fundamental para los seres humanos. Además, desde el punto de vista del legado, te concentrás en períodos de tiempo más largos en vez de los resultados del próximo cuatrimestre, eso es mucho más visionario, más estratégico y es el tipo de pensamiento que los grandes líderes suelen tener: no lo que pasará el año que viene, sino en los próximos 10 ó 100 años. Y no creo que sea un lujo es, más bien, una forma de ver la vida y pensar: “¿Qué voy a hacer con el corto tiempo que tengo? ¿Será realmente valioso y algo que pueda dejar para la próxima generación y de lo que pueda estar de verdad orgulloso”.
En la Argentina ‘largo plazo’ significa un año y eso ha tenido un impacto enorme en la sociedad…
Si hablamos de liderazgo político, el mundo parece estar poblado de líderes cortoplacistas, más egoístas que generosos. Es tiempo de volcarnos a líderes de carácter, que tienen una visión, que no están tratando sólo de ganar la próxima elección sino que defienden algunos principios centrales sobre cómo se ve el futuro. Y eso se construye a partir de propósito, valores y una clara de visión de cómo debería ser el mundo. Para lograr eso se necesitan líderes de un carácter excepcional. No es difícil analizar la escena política global y darse cuenta que esa definición de liderazgo ha estado faltando en muchos casos, y eso no ha llevado a buenos resultados. Esas grandes preguntas sobre cómo realmente estamos impactando en la vida de los otros son fundamentales para cualquier líder y son las que deberían estar preguntándose, en vez de esa política cortoplacista, de conveniencia, demasiado pragmática, muchas veces corrupta y comprometida, que vemos hoy.
Por CECILIA FILAS
www.cronista.com
Datos a tener en cuenta
El próximo 2 de agosto, a las 1930, Kerr dictará su primera conferencia en Buenos Aires sobre liderazgo e implementación de valor para empresas y emprendimientos. La cita es en el Hotel Sheraton Retiro. Inscripción: $ 1.050 vía www.tuentrada.com. El encuentro es organizado por PEyC, consultora especializada en programas ejecutivos y coaching de Alejandro Oneto Gaona (abogado y coach ontológico especializado en equipos de alto rendimiento de fútbol y rugby)
En la página de Espartanos, la ONG que revolucionó las cárceles utilizando al rugby como herramienta de educación e inserción social para los presos, hay un video corto...
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