El Miércoles a las 20 hs, en la cancha 1 del club y con un interesante marco de público a pesar de la temperatura, se disputó un partido amistoso entre la división M-19 de nuestro club y los chicos del colegio neocelandés Rotorua High School Boy’s. El resultado final fue 59-7 para los visitantes, pero la experiencia vivida del choque contra el “semillero” All Black quedará positivamente grabada para todos los jugadores para siempre.
¿Cuantas veces en la vida les ha pasado, a quienes han sido jugadores del club, la posibilidad de presenciar en vivo y desde adentro de una cancha un haka? Sentir la adrenalina que genera el ser parte de ese ritual que caracteriza a la cultura de los “maestros” de la ovalada. Entre los nombres, habrán muy pocos seguramente para la cantidad de jugadores que han vestido la camiseta roja y blanca. Los que seguro van a estar son los de la M-19 del 2015, que tuvieron el privilegio de comprobar en una cancha, como vive un chico de su edad el rugby en tierras de los legendarios hombres de negro.
Los presentes en la cancha (jugadores, entrenadores y espectadores) tuvieron la suerte de disfrutar de una clase magistral de rugby neocelandes, con un ritmo de juego y precisión en las destrezas que es inexistente para el rugby local a esa edad. Digno papel hicieron los hípicos, frente a un gran equipo, que no perdonó casi ningún error. Los primeros 20 minutos fueron de igual a igual, donde los “kiwis” sólo habían podido marcar una sola conquista y donde Jockey deperdició un par de situaciones para sumar, a veces por errores propios y a veces por virtudes ajenas. Rotorua, con mucha vocación para jugar de todos lados y en cualquier momento, aprovechó principalmente la gran velocidad y destreza de sus hombres del fondo, que cada vez que recibieron pelotas hicieron daño. Así, el primer tiempo termino con 29-0 en el marcador.
El segundo tiempo no varió mucho en sus inicios, Jockey con alguna dificultad en el traslado pero con mucho amor propio, y Rotorua con mucha claridad para elegir donde y como atacar. A los 10 llegó el descuento hípico, y con el correr de los minutos, el ritmo propuesto por la visita fue cada vez más dificíl de sostener, hasta redondear el 59-7 final.
Este partido se dió en el marco de una experencia de intercambio cultural, que incluyó que nuestros chicos alojen en sus casas desde el Martes hasta el Viernes a los jóvenes neocelandeses. Sin duda que lo interesante de la experiencia radica ahí, en el intercambio personal, que para la joven edad de los chicos, permite el aprendizaje y la incorporación de nuevos horizontes en varios aspectos de sus vidas, no sólo la deportiva. Esperamos que estos intercambios puedan darse con más asiduidad para así colaborar a un desarrollo integral en la formación de los chicos no sólo como jugadores, sino también como personas.
¡Felicitaciones chicos!
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