El Jockey Club Córdoba tuvo su tarde de gloria en el country. Venció al Córdoba Athletic por 18 a 13 y se sumó a la zona campeonato.
El club hípico pudo en su casa conseguir el gran objetivo planteado a comienzos de la temporada. Pelear por el título algo que no hace desde hace un par de años. La última vez que el equipo albirojo fue protagonista en el rugby de Córdoba fue en el 2002 llegando a la final con Palermo Bajo.
Con un equipo demasiado joven y con bajas más que importantes sufridas durante la temporada, el Jockey Club Córdoba respiró profundo sacó pecho y en una excelente tarde para ver rugby le ganó a su primo el Córdoba Athletic con un resultado ajustado pero que sirve y mucho para seguir con vida en esta temporada.
Los dirigidos por Javier Fiori, Félix Paez Molina y Carlos Sosa Gallardo, sabían muy bien que para dar este paso importante debían tener mucha confianza en sí mismo ya que más allá de depender de lo que hacía su homónimo de Villa María ante Universitario sabía que tenía que ganar si o si.
De movida los de la herradura pegaron primero con un try del wing Matías Hereñu. Desde ese momento todo se hizo muy confuso. Los dos tenían el control de la pelota pero en vez de utilizar en forma correcta, no hacían más que prestársela unos a otros. Jockey durante la primera parte tuvo más la pelota pero no fue suficiente porque su vecino fue más contundente a la hora de cruzar a campo rival y con un try de Dante López más un penal de Andrés Guillamondegui la historia quedaba 10 a 8 para el Córdoba Athletic.
En la segunda mitad la historia cambio un poco pero se podía ver que la adrenalina y la emotividad eran los protagonistas, ya que el buen rugby decía ausente. El dueño de casa apeló a la sólida defensa como arma de ataque siendo esta clave en el resultado final.
Los conducidos técnicamente por Damián Rotondo y Federico Giacomino, sufrieron demasiado porque con la salida del apertura Andrés Guillamondegui (lesionado) no tuvo un conductor claro a la hora de mover la pelota a las puntas. En cada oportunidad que el club inglés intentaba jugar la guinda con los más rápidos, nunca terminó las jugadas con un final feliz. Se cansó de cometer errores de manejo, sumado a que los conductores (Becerra – Galíndez) decían ausente.
Jockey a pesar de no tener la ovalada, se las ingenio para presionar, recuperar la posesió y atacarlo al Athletic de contragolpe para de esta forma evidenciar el gran problema que tenía el XV rojo y negro en el fondo de la cancha.
Cuando todo parecía que su vecino iba a manejar el partido sin problemas, el centro Matías Sosa recuperó una pelota la cual terminaría con Domingo Usin desparramado en el ingoal de Athletic para emparejar las cosas y dejar un parcial igualado en 13 puntos.
Con el reloj a contramano y con Christian Barrea en cancha, el Córdoba Athletic intentó jugar por lado corto pero un mal pase de Ré terminaría en las manos del wing del Jockey el recién ingresado Santiago Fernández quien le apuntó a la bandera y allá fue a parar. En 34 minutos minutos era todo un descontrol en la parcialidad local que no paraban de festejar porque el resultado quedaba 18 a 13.
El Córdoba Athletic seguía siendo dueño de la guinda pero al tener demasiados problemas en los pases, hizo que el árbitro tucumano Ricardo Ponce de León se cansara de cobrar pases para adelante. Cuando se jugaban 4 minutos de más, el referee tocó el silbato final el cual desataría la alegría en todo el plantel rojo y blanco.
Se notó que la diferencia que hubo entre en el equipo de barrio jardín y el de jardín Espinosa, fue que un club salió dispuesto a jugarse la vida en cada pelota y a ganar desde el minuto uno y ese fue Jockey. Y finalmente como dice el refrán el que pega primero pega dos veces. Jockey pegó, ganó y se clasificó.
Por Martín Quetglas
|