No es nuevo que Jockey y Athletic comparten una rivalidad que nació desde los inicios del rugby en Córdoba.
La ubicación geográfica de los clubes (están separados por algo más de 100 metros), los diferentes estilos de juego, pero fundamentalmente los integrantes de los equipos compañeros de colegio, universidad, salidas fueron los que hicieron crecer esta rivalidad a lo largo de los años.
Hoy, los jóvenes dirigentes de la subcomisión de rugby de ambos clubes centenarios quieren estrechar los vínculos entre sus integrantes, y buscan hacerlo bajo un paradigma común: el respeto.
Una de las decisiones tomadas en conjunto fue instrumentar la disputa de una copa en cada enfrentamiento entre las primeras divisiones de Jockey y Athletic.
La Turtle Cup
El nombre de la copa surgió de Facundo Gulle, ex jugador de Córdoba Athletic, que buscó relacionar el trofeo a la zona geográfica en la que se encuentran enclavados: barrio Jardín. La tortuga es un animal que cuando lo buscás en tu jardín nunca lo encontrás, por eso me pareció bueno que el que lo encuentre en la cancha se lo lleve a su jardín, que es en definitiva su club, afirma el Facu.
Pero después de ponerse de acuerdo en el nombre, determinaron cómo será la copa y la forma de llevársela por unos meses a las vitrinas de cada club.
La copa será una tortuga de metal que estará ubicada sobre una base de madera, donde tendrá grabados los nombres de los clubes protagonistas, sus años de fundación, sus escudos, el de la Unión Cordobesa de Rugby y la fecha en la que se enfrentaron oficialmente por primera vez, afirma el flamante presidente de la subcomisión de rugby del Jockey, Félix Páez Molina.
La Turtle Cup se pondrá en juego por primera vez en la segunda fecha del Torneo Oficial de Córdoba, el sábado 29 de este mes.
El trofeo se presentará en el clásico y estará expuesto, a un costado de la cancha durante la disputa del partido.
El ganador de la Turtle Cup no estará directamente relacionado al resultado final del partido, ya que que mucho dependerá de su comportamiento dentro del campo de juego. El reglamento estipula que por cada tarjeta amarilla se descontarán tres puntos, mientras que será de cinco la deducción ante cada expulsión. De esta manera, el equipo que pierda el partido puede llegar a quedarse con el trofeo.
El ganador de la Turtle Cup conservará la copa en sus vitrinas hasta la disputa de un nuevo clásico, donde se repetirá la ceremonia.
La Turtle Cup será la punta del iceberg, ya que a partir de esto queremos desarrollar muchas actividades. El día del clásico empezaremos con un gran asado en el cual van a estar invitados dirigentes, amigos y ex jugadores de ambos clubes. Durante el partido, cuando el público ingrese a la cancha, se le va a entregar una consigna promoviendo el respeto y el buen comportamiento, apunta Manuel Fernández, quien se ha tomado a pecho el cargo de presidente de la subcomisión de rugby de Athletic.
Todo parte desde el respeto. Queremos que la cancha de rugby sea un ámbito donde todos sus integrantes le den una vital importancia, apunta Félix Páez Molina.
Pero las actividades no terminarán con la Primera División. Los dirigentes ya están planificando entrenamientos conjuntos de infantiles y juveniles y un viaje a fin de año.
Dos instituciones centenarias del sur de nuestra ciudad comienzan a recorrer un camino que apunta a mejorar la convivencia en el rugby. Esta idea debería ser imitada por todos los clubes nucleados en la Unión Cordobesa de Rugby.
Fuente: suplemento Rugby & Golf – La Voz del Interior