Jonny Wilkinson, ícono del rugby mundial y autor del célebre drop que le dio a Inglaterra la Copa Mundial de 2003, se ha transformado en un referente global en el campo del rendimiento de élite. En una entrevista exclusiva con The Champions Speakers Agency, Wilkinson desglosa los pilares mentales y físicos necesarios para sobresalir bajo presión y cómo redefinió el éxito fuera de la cancha.
Presencia, claridad y adaptabilidad: Claves del Alto Rendimiento
Para Wilkinson, la excelencia en el rugby, como en cualquier profesión, se basa en “estar completamente presente, con claridad, consciente y preparado”. Esto implica no solo ser físicamente fuerte y dominar el espacio, sino también poseer la “adaptabilidad, flexibilidad y creatividad” para responder a lo imprevisto. Aunque el rugby tiene el componente único del contacto físico, la esencia mental es universal.
La motivación de la exploración y la “Invencibilidad”
Mantener la motivación en temporadas exigentes es un desafío, pero Wilkinson revela su secreto: la pasión por “descubrir o explorar tu máximo potencial”. Para él, los obstáculos y las derrotas no son retrocesos, sino “un detonante aún mayor de esa pasión”.
“Cuanto mayor sea el desafío, todo ese tipo de cosas se convierten en un detonante aún mayor de esa pasión”, explica. Bajo esta mentalidad, si se logra el objetivo, es genial, pero “si no, es aún mejor”, una perspectiva que roza la “invencibilidad” psicológica.
Resiliencia: Reinventarse constantemente, no solo resistir
El concepto tradicional de resiliencia como “luchar y levantarse de nuevo” es redefinido por Wilkinson. Para él, la verdadera resiliencia radica en entender que “quien soy cambia constantemente”. En lugar de aferrarse a una identidad fija y agotarse en la lucha, propone la capacidad de “controlar ese cambio”, de adaptarse, reinventarse y “volver renovado y fresco” con la experiencia acumulada.
“Si controlas ese cambio, esa es tu resiliencia”, afirma. Esta visión permite afrontar los desafíos con la pasión de un niño y la vitalidad de un adolescente, pero con la sabiduría de la experiencia, evitando el desgaste que provoca una lucha constante contra una identidad inamovible.
La Presión: Una ilusión creada por la Identidad
Wilkinson es contundente al hablar de la presión: “La presión no es inherente al mundo. No existe tal cosa”. Argumenta que la presión nace de una “supervivencia psicológica” ligada a la obsesión con la propia identidad y el miedo a perderla. La compara con “convertirse en la camiseta” que se lleva: cuando se pierde la camiseta (una lesión, el retiro, la falta de selección), uno se siente perdido.
Sin embargo, si se cultiva la curiosidad y se comprende que “el verdadero desafío es lo que desencadena cambios más profundos que revelan tu potencial”, entonces el éxito o el fracaso son simplemente resultados de una exploración.
“Cuando comprendes que el verdadero desafío es lo que desencadena cambios más profundos que revelan tu potencial, entonces deseas el desafío más que el éxito”, concluye.
Para Wilkinson, el miedo al fracaso, al igual que la presión psicológica, se disipa cuando uno se da cuenta de que es “más grande que mi camisa” y tiene la capacidad de renovarse constantemente.