La historia de los últimos cinco años vuelve a repetirse. Esta vez, con un tinte que le da un halo de mayor misterio, de intriga y de injusticia. Una nueva lista de los Pumas, una nueva omisión para Juan Imhoff.
“Me agarró una tristeza enorme”, dice el ex tryman del seleccionado. “Le estuve dando muchas vueltas al porqué, me hice muchas preguntas internas”.
Desde su casa en el quartier (comuna) XVI de París, entre la Torre Eiffel y el Bois de Boulogne, Imhoff pasa los últimos días antes de iniciar la pretemporada y tras recargar forzosamente las pilas con su mujer, Natacha Eguía, y su hijo de ocho meses, Bastián. “Ledesma me llamó y le dije que mis únicas intenciones eran aportar al rugby argentino desde donde me tocara, poner la cara y tener la oportunidad de competir por un puesto”, dijo para LA NACIÓN vía telefónica el rosarino, que acaba de cumplir 32 años.
Después de la semifinal en el Mundial Inglaterra 2015 ante Australia, Imhoff, que desde 2011 juega en Racing 92, de París, no volvió a ser convocado a los Pumas. Primero, por una restricción para con los argentinos que actuaban en el exterior. Desde 2018, cuando la medida se flexibilizó, porque el head coach entendió que su puesto estaba bien cubierto. En la nómina de 59 jugadores que difundió Mario Ledesma [ver aparte], no hay lógica que explique una nueva ausencia.
“Cuando vi la lista me agarró una tristeza enorme. Se sumó el contexto actual y me afectó de manera especial. Me dolió mucho. Intentaba entender y buscarle la vuelta a por qué estaba fuera de lo mejor de Argentina. Me esfuerzo todos los días por tener una oportunidad. Le estuve dando muchas vueltas al porqué, me hice muchas preguntas internas, qué era lo que realmente me dejaba fuera de los 60 mejores”.
-¿Hablaste con Ledesma?
-Mario se comunicó conmigo un día después de dar la lista para explicarme la situación desde su lado. Tenemos dos panoramas diferentes. Él está con la foto de 2023, y yo, con que me veo fuera de los 60 mejores y nunca tuve la oportunidad de ganarme un puesto. Le dije que mis únicas intenciones eran aportar al rugby argentino desde donde me tocara, poner la cara y tener la oportunidad de competir por un puesto. Dijo que comprendía, pero que apuntaba a la foto grande del proyecto del Mundial 2023. Es muy difícil para mí entender por qué no estoy, pero a esas preguntas hay que hacérselas al entrenador y no al jugador. Nunca voy a preguntarle a un entrenador por qué no me pone o no me convoca.
-Antes del Mundial dijiste que entendías la situación. ¿Esta vez es distinto?
-… Entendí que había reglas, que había cuestiones políticas que hacían complicado que pudiera estar. Esta vez es muy difícil entenderlo. Lo único que quiero es jugar. Me siento en condiciones. Me entrené muchísimo. Me duele no tener la misma oportunidad de competir que los demás. Cuando hablé con Mario le conté una anécdota personal de la preparación para el Mundial de 2011. En ese plantel estaba Lucas Borges, que tenía una historia en los Pumas que hablaba por sí sola. Yo era muy joven y el aporte que hizo para mi carrera, mostrándome el camino desde la humildad, el trabajo, con tanto amor propio sin darse nunca por vencido, ni por la edad, el cansancio ni el estado físico… me quedó marcado de por vida. Lo que yo quiero es aportar como sea al rugby argentino, quizás jugando, quizás no. Pero lo decide otra persona.
-¿En 2023 te ves aún jugando?
-Hoy no lo sé. Siempre trato de mirar dónde estoy parado. Yo voy a hacer todo lo posible, pero el rugby es un deporte complejo; está el cuerpo de por medio, hay jugadores con otros recursos, depende del estilo de juego que le gusta a cada entrenador…
-¿Pensás que tu ausencia responde a cuestiones extrarrugbísticas?
-En 2014 decidí abstenerme de todo tipo de pensamiento político. Si no lo sé por mis ojos o mis oídos, jamás voy a creer algo así. Yo nunca voy a preguntarlo. Si alguna vez se le hace a otra persona la pregunta indicada, quizás se pueda saber la respuesta. Pero yo nunca voy a pensar algo así. Si hay algo que me caracteriza es el respeto a las instituciones y a las personas.
-¿Qué pasó en 2014?
-Previamente al Mundial 2015 se hablaba de la posibilidad de volver a Jaguares para poder jugar en los Pumas. Yo estaba en uno de los mejores clubes de Europa, que tenía un proyecto al cual me había unido. Estoy contento con la decisión que tomé. Supe que la parte política iba a incidir en la decisión sobre volver a ser convocado. Tuve que aceptar la regla.
-Viendo la lista, queda claro que hoy ya no hay ninguna regla.
-Hoy no hay regla. Se convoca a cualquier jugador que esté en el nivel en cualquier parte del mundo. De ahí las preguntas que me hago.
-¿Sentís que ya jugaste tu último partido en los Pumas?
-Desde la semifinal del Mundial 2015 contra Australia jamás creí que podía quedarme sin absolutamente nada. Mi anhelo es la oportunidad. No anhelo nada loco, no estoy pidiendo jugar el Mundial. Sólo la oportunidad de competir igual que los demás. A la fe no la pierdo. Sigo entrenándome todos los días para mejorar. No voy a cambiar mi esencia.
-¿Cómo viviste el Mundial de Japón?
-Fue muy difícil. Me habría gustado poner la cara con mis compañeros y amigos que están en el plantel. Incluso si los resultados no se daban. Me dolió el hecho de estar atrás de una tele y no poder hacer nada. Fueron lágrimas en vano.
-¿Te sorprendió que perdieran contra Francia?
-Francia es una caja de sorpresas, nunca se sabe. Tiene tanta calidad de jugadores… Llegó con la incertidumbre de algunos partidos malos. Argentina venía de jugar la final del Súper Rugby y con jugadores en alto nivel. Si este equipo jugaba bárbaro, ¿qué pasó? Creo que van a tener que laburarlo mucho. Sólo ellos saben qué pasó. Me encantaría saber cuál fue el factor que hizo que no se sintieran tan cómodos. Lo más importante es que la esencia de los jugadores siga siendo la que es.
-Para convencerlos de que se quedaran en Jaguares muchas veces se les dijo que serían mejores jugando en el Súper Rugby que en Francia. ¿Es verdad eso?
-Son dos estilos, realidades y objetivos diferentes. En Racing tuve la suerte de jugar con campeones del mundo, y el propio Dan Carter dijo que uno no es un rugbier completo si no jugó una temporada en Francia. La dureza, la presión de ganar, los puntos, las defensas… todo es difícil. Un metro [de espacio] vale muchísimo. Sudáfrica fue campeón con cuántos jugadores que están en Europa… A lo que aprendí en Racing no lo comparo con nada.
-¿Alguna vez consideraste dejar Racing para poder jugar en los Pumas?
-Racing, no, porque estoy muy agradecido por todo lo que me dio este club y este club está muy agradecido por lo que hice. Cuando me fui de Rosario extrañaba muchísimo, entonces pensé que la única forma de no sufrir era trasladar lo que sentía por Duendes al profesionalismo.
-Es raro lo que decís, sobre todo en el rugby francés, que es ultraprofesional…
-Es complicado porque muchos entienden al profesional como a un asalariado. Y más en Francia. Se ha cometido muchas veces el error de comprar superhéroes con capa. Si no funciona uno, se trae otro. Nunca sale del corazón del club. Yo me entregué para demostrar que se puede aportar desde el amor por un club. A eso no lo da la plata, ni la fama, ni nada. Tuve ofertas de otros lugares, pero estoy en el mejor lugar, amo el club, y no voy a esconder que a la parte profesional Racing me la ha respetado.
-Además del rugby, tienen que atraerte cosas como para haber apostado por vivir y formar tu familia en París.
-Nunca me convenció estar lejos de mi familia y de mi país. Cuando pude invertir, lo hice en mi país. Me siento argentino sobre todo. Después, cuando llegué acá tuve que aprender el idioma, la cultura. Así se me hizo más fácil. Voy al ritmo de la ciudad, de mi club. Me siento cómodo. Puedo dejarle a mi hijo una oportunidad de crecer, un futuro en una ciudad cosmopolita, en un país estable. Uno no vive con miedo, puede proyectar.
-¿Cómo te tomó la cuarentena?
-Fue muy de repente, muy intensa. A mí me ayudó a compartir cosas con mi hijo. Mi profesión me demandaba de 6 AM a 6 PM y yo me perdía cosas cotidianas, y más en los primeros meses, que son fundamentales. A su vez, estar encerrado es duro para cualquiera. Deja secuelas.
-¿Cómo ves lo que está ocurriendo en la Argentina?
-Hablo con mi familia y lo veo complicado. Son realidades diferentes. Mis hermanos trabajan de 6 de la mañana a 11 de la noche sólo para mantenerse y vivir correctamente, y si no hay trabajo, no hay ganancia. Gracias a la tecnología pudimos sostenernos y darnos aliento. No hubo un día en que no hablara con mi vieja y no llorara. Pero también hay que entender que no son las prioridades de uno, sino las de la sociedad.
-La imagen del rugby argentino quedó alicaída a partir del asesinato a Fernando Báez Sosa en Villa Gesell. ¿Cómo lo ves desde allá?
-Yo tengo una postura. Estos chicos son asesinos, no tienen que ver con el rugby. No son rugbiers. Yo fui rugbier toda mi vida. Nadie puede decirme que me haya visto pelearme en un boliche. Dejemos de llamar “rugbier” al que hace eso.
La lista de 59 citados
Aunque no hay actividad a la vista, Mario Ledesma difundió una lista de 59 jugadores susceptibles de ser convocados al seleccionado argentino, en la que aparecen varios nombres llamativos. Están todos los Jaguares y varios jugadores de Ceibos, pero también 14 que actúan en el exterior. Entre ellos, los que estuvieron en el Mundial, excepto Juan Figallo, que se retiró del equipo nacional.
Aparecen nuevamente Santiago Cordero, Facundo Isa y Ramiro Herrera, que habían sido parte de la preparación pero no fueron a Japón 2019, y los que emigraron tras el Mundial: Pablo Matera, Tomás Lavanini, Ramiro Moyano y Enrique Pieretto. Patricio Fernández, una promesa que emigró muy joven a Francia, recibió su primer llamado, lo mismo que Facundo Gigena. Otra novedad es la inclusión de Facundo Bosch, a quien Ledesma había convocado para el Championship 2018 pero no había vuelto a tener en cuenta.
Con la ventana de julio cancelada, la posibilidad de volver a la actividad es el Rugby Championship, que podría desarrollarse en Australia, entre octubre y noviembre.
Por: Alejo Miranda