Soñado. Histórico. “No podía ser de otra manera, sufriendo”, así resumía Juan Manuel Leguizamón entre abrazos, lágrimas y festejos en medio de la cancha. Hacía segundos había sonado el pitazo final y Los Pumas sellaban otra victoria inolvidable.
“El equipo apostó a su carácter, la personalidad y a las ganas de ir a buscar el partido con lo que nos habíamos planteado, por eso es doblemente satisfactorio. Me tocó vivir los últimos minutos desde afuera y no podíamos más. Me saco el sombrero por todo lo que hizo el equipo”.
Atrás llegaba el festejo de Matías Orlando que contaba que “Hace mucho que venimos buscando esto, era uno de los objetivos en este torneo. Estamos muy felices porque logramos esta victoria con mucho laburo, haciendo en la cancha lo que veníamos practicando en los entrenamientos”.
“Propusimos un juego y ganamos haciendo justamente ese juego que queríamos. Hubo golpes, lesiones y el equipo siguió firme. Esto nos va a hacer muy fuertes. Este triunfo vale muchísimo porque a muchos chicos les tocó jugar en puestos que no son los suyos y salimos adelante”.
Comunicación UAR
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