El legendario ex All Black Jeff Wilson encendió las alarmas sobre el presente y futuro del Super Rugby Pacific, al asegurar que la competencia está en riesgo si New Zealand Rugby no cambia su modelo de contratación.
“El Super Rugby ya no es un destino, es solo una estación de paso para nuestros mejores jugadores”, disparó Wilson en el programa The Breakdown de Sky Sports NZ.
Las palabras del ex wing llegan justo después de la confirmación de que Mark Tele’a se irá a Japón, y que Rieko Ioane seguirá el camino de Jordie Barrett, tomándose una temporada sabática para jugar con Leinster.
Estos sabáticos, incluidos en las renovaciones de contratos de los All Blacks, ya se han convertido en una práctica común con estrellas como Sam Cane, Beauden Barrett, Ardie Savea y Damian McKenzie.
Para Wilson, el sistema actual debilita a las franquicias y a la competencia misma:
“Necesitamos permitir que las franquicias puedan retener a los jugadores sin depender únicamente de New Zealand Rugby o de contratos de terceros”.
Hoy, los clubes neozelandeses tienen un tope limitado de lo que pueden ofrecer y dependen de los fondos centrales de NZ Rugby. Esto impide que puedan competir en el mercado internacional o incluso entre ellos, frenando la rotación de jugadores y fortaleciendo solo a tres franquicias: Blues, Chiefs y Crusaders.
Wilson propone una reforma radical:
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Que las franquicias tengan libertad para invertir lo que puedan en sus estrellas.
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Permitir que los All Blacks sigan siendo seleccionables aunque jueguen en otras franquicias o fuera del país.
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Generar mayor movimiento de jugadores para equilibrar la competencia.
“Si no se cambia el sistema, el Super Rugby seguirá perdiendo atractivo y nuestros mejores jugadores se seguirán yendo. Necesitamos flexibilidad, necesitamos reaccionar”.
Con la fuga constante de figuras y la falta de incentivos económicos reales dentro del país, la gran potencia del hemisferio sur corre el riesgo de debilitar una de sus principales plataformas: su liga profesional.
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