Siempre que Inglaterra juega con sus rivales británicos, siempre tiene un rol la historia. La rivalidad más vieja, y tal vez dura, es cuando Escocia se enfrenta con ellos por la Calcutta Cup. La historia a continuación
Desde 1879 que ambos países ponen en juego la copa de 45cms, creada por 27 rupias de plata. A la fecha, Inglaterra ganó 71 de los 127 partidos disputados, con Escocia ganando 40. Ante un empate, hubo dieciséis, el poseedor retiene el título.
La copa de plata – decorada con tres cobras como manijas y un elefante india en su tapa circular, ha sufrido el embate del tiempo, a veces tan golpeada como los mismos jugadores.
Es famoso el momento en que el escocés John Jeffrey y el inglés Dean Richards la usar como pelota en una noche de borrachera en el centro de Edimburgo tras el partido de 1988; su frágil estado hizo que el original quede protegido en el Museum of Rugby dentro del estadio de Twickenham.
En la actualidad, el equipo ganador recibe una réplica exacta; Inglaterra es el actual poseedor tras ganar 13 a 6 bajo la lluvia en Murrayfield en el Seis Naciones de este año.
The Grudge
El empate en 38 puntos en Twickenham en 2019 es probablemente el partido por la Calcutta Cup mas entretenido de todos los jugados, por la forma heroica en que se recuperó Escocia.
No obstante, el partido que es parte del folklore es el triunfo escocés para ganar el Grand Slam en Murrayfield en 1990.
Tan importante ha sido que hay un libro de 238 páginas, The Grudge, que trata exclusivamente ese encuentro definitorio, tantos los hilos argumentales que surgieron de esos 80 minutos de rugby.
En medio de un fervor nacionalista, Edimburgo estaba muy lista para la llegada del equipo de Will Carling. La ciudad y los más de 60 mil espectadores en el estadio.
Un try de Tony Stanger con un dejo de suerte dejó el resultado 13 a 7 para el equipo anfitrión. Hugh McIlvanney, del The Observer, lo describió elocuentemente al escribir: “es difícil exagerar el placer exquisito e inolvidable de los escoceses el dejar confundido a su enemigo ancestral en los escombros de su desilusión.”
Muchos otros partidos que han puesto trofeos en disputa surgieron en el Seis Naciones en años recientes. Francia e Italia disputan el Trofeo Giuseppe Garibaldi, el ganador de Escocia v Irlanda se queda con la Centenary Quaich, y con reconocimiento popular, se ha puesto en juego desde 2018 la Doddie Weir Cup entre Gales y Escocia.
En noviembre de 2008, Twickenham fue sede de la primer Hillary Shield entre Inglaterra y Nueva Zelanda, en honor al primer escalador en llegar a la cima del Everest, el explorador Sir Edmund Hillary. Aquella vez, Richie McCaw recibido de manos de Lady Hillary el trofeo tras el 32 a 6.
La Cook Cup, entre Inglaterra y Australia, comenzó a jugarse once años antes del Hillary Shield.
Hecha de cristal, se pone en juego en años que no son de Rugby World Cup, en homenaje al capitán James Cook, el inglés que conectó a ambos países.
Puede que no esté en el mismo nivel emotivo que las Ashes en cricket a la hora de su historia y prestigio; los rugbiers ingleses y australianos dirán claramente cuanto les importa tenerla.
Dominio de los All Blacks en la Bledisloe Cup
Fuera de Rugby World Cup, el trofeo más importante que disputan neozelandeses y australianos es la Bledisloe Cup.
Si bien ambos países se enfrentan internacionalmente desde 1903, recién en 1931, el Gobernador General de Nueva Zelanda, Lord Bledisloe, donó el trofeo a disputarse por primera vez un año después.
Al igual que Inglaterra en la Calcutta Cup, Nueva Zelanda ha dominado la disputa anual, reteniendo el trofeo por diecisieteava vez seguida con la victoria 36 a 0 en Perth el año pasado.
El último capitán australiano en levanta la copa fue George Gregan en 2002. Tras ganar el trofeo en 2003, los All Blacks no lo han cedido.
Aún a pesar del dominio de un equipo, la Bledisloe Cup sigue intacta como competencia y es tan solo segunda detrás de la Webb Ellis en las prioridades de los dos países.
Considerablemente menor que la Bledisloe Cup en reconocimiento internacional, pero no menos importantes para Georgia e Irlanda, que disputan la Antim Cup.
Honra a un monje georgiano del siglo XVIII, Antim Iverianul, que vivió y trabajó en Rumania, y define a ambos países y uniones con sus luchas y realidades.
Rumania ganó seis de las primeros ocho enfrentamientos por la Antim Cup desde su comienzo en 2000, pero no han podido retenerla desde 2017.
En África, los vecinos Kenia y Uganda disputan desde 1958 la Elgon Cup. Kenia ganó el primer encuentro en Kampala pero el fixture tuvo un impasse de 38 años hasta recomenzar en 1997.
El año pasado, la primera etapa de la serie de local y visitante, se jugó por primera vez un test en la ciudad de Kisumu City.
Kenia perdió en casa 16-13 pero en la revancha ganó 16-5 para retener el trofeo. En total, los Simbas tienen un record superior por 22 a 10.
Uno de los trofeos internacionales menos conocidos es la Pershing Cup, en honor al General estadounidense John Pershing, organizador de los Juegos Inter-Aliados en París en 1919, en el que se jugó por primera vez el encuentro entre Estados Unidos y Rumania.
La Pershing Cup se entrega al ganador de los partidos entre Rumania v Estados Unidos fuera de Rugby World Cups, con las Águilas ganando dos de los tres encuentros desde que se disputó por primera vez en 2014.
Otros trofeos han quedado en la historia como la Churchill Cup o la Victory Cup, pero lo importante es saber que las tradiciones tienen sus premios.
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