La delegación de la Tablada emprendió una larga caravana hasta el Bosque, plagada de fiesta y cánticos; con tres paradas y grandes embotellamientos.
Apenas comenzaba el tercer tiempo, de pésima organización para una final, ya con el panorama en vista todos los jugadores de la Tablada se aprestaban a subirse al micro y dirigirse a su sede en el Bosque, la ansiedad los devoraba y el irse rápido a su casa era ya una necesidad; con esta panorama comenzaron a subirse de a uno y con todo listo el micro de la empresa Chevallier arrancaron su caravana.
El recorrido fue lento y a paso de hombre, con mas de treinta autos en cola todo se hizo mas colorido; arranco saliendo del estadio Córdoba y encarando por la zona de los boliches, estaba cantado había que pasar por el corazón de Urca, el barrio del club, cruzo el puente Diez y a metros giro por la Menéndez Pidal, con un recorrido de 700 metros hizo su primera parada en el kiosko Clemente; a bajarse todo y dedicarle los festejos al barrio. Cánticos, abrazos y la bocina de los hinchas comenzó a darle color al barrio y teñir de fiesta toda la zona.
Ya con todo el ímpetu y el corazón a mil los chóferes pusieron primera y con el colectivo bamboleándose bajaron por Sagrada Familia y agarraron Rafael Nuñez ya mostrándole a una gran porción de Córdoba que Tablada había salido campeón; de golpe la caravana se había reducido pero con el pasar de los metros se comenzó a poblar de bólidos adornados con banderas; vino la segunda parada en Rafael Nuñez y Gregorio Gavier; fiesta total, el tránsito termino totalmente cortado con una cola de mas de 500 metros de autos, algunos con la mirada diciendo que pasaba, otros ya resignados en que debías aceptar que un grande del rugby cordobés estaba festejando.
Encabezados por un Mejari, que hacía la punta comenzaron nuevamente su marcha hacia el tercer punto de parada, cruzaron el Nudo Vial y ya la caravana era más grande y ocupaba los dos carriles, hasta los chizpazos de un poste que se bamboleo en la Recta Martinoli pareció sucumbir ante la presencia de los campeones. En la oscuridad de ese apagón que se produzco justo al frente del ómnibus comenzó a resaltar el rojo y azul de todos, y con el ruido de las bocinas no se freno hasta el punte de Villa Warcalde; allí, en el ya famoso puente que divide a Tala de un lado y La Tablada del otro, y que durante la final fue pintado de azul y rojo, muchos se bajaron de los vehículos y envueltos en una bandera gigante caminaron hasta El Bosque.
Nuestra persecución termino ahí, giramos el auto y en el regreso pudimos ver la consecuencia de esta caravana, más de diez cuadras de autos frenados y preguntándonos que paso, solo le dijimos: Tablada salio Campeón, sonrieron y se relajaron; sabían que un grande estaba de fiesta.
Informe: Luis Oviedo Ortiz – [email protected]