La final ya tiene a los protagonistas

Las dos semifinales del Top 10 entre Marista-Los Tordos y Liceo-Mendoza tuvieron condimentos muy similares, pues en ambos casos el ganador se definió en la última pelota.
Fueron partidos muy trabados, en donde no se arriesgó más de la cuenta, ya que cada equipo fue tratando de cuidar el resultado en dos partidos que no tuvieron un alto vuelo, pero que en emociones fueron muy vibrantes.
Cara a cara. Marista y Liceo pugnarán por quedarse con el cetro.
Los dos enfrentamientos tuvieron aspectos en común: Marista y Los Tordos jugaron bien abiertos aprovechando las destrezas técnicas de sus backs, siempre lastimando por afuera, con destacadas actuaciones de Ezequiel Pelaia, Francisco Diez y Martín Olivieri, además Daniel Roccuzzo fue el encargado de definir el pleito en la última jugada con su efectivo envío a los postes luego de un penal.
En tanto que en la otra semi, Liceo y Mendoza mostraron en cancha todo lo opuesto, pues sus delanteros llevaron la batuta todo el tiempo en un choque muy friccionado. Las ventajas fueron muy pocas y el match se resolvió al igual que en el partido anterior con un penal sobre la hora que le dio la chance a Liceo de jugar su tercera final consecutiva.
Este partido tuvo algunas aristas polémicas en cuanto a los reclamos de la parcialidad blanca para con el árbitro, donde se vivieron momentos de alta tensión y que fueron reforzados al final del partido cuando Osvaldo Cuello, referee del encuentro, fue agredido por un hincha de Mendoza RC.
Este sábado toda la atención estará en la cancha de Independiente Rivadavia, ya que después de 10 años vuelve el rugby a definir a su campeón en un estado de fútbol. Los vecinos de Carrodilla serán los animadores excluyentes de esta gran historia.
¿Podrá Liceo conseguir su tricampeonato en forma consecutiva? ¿Marista habrá encontrado la forma de poder vencer a su verdugo de las últimas dos finales? El sábado a la tarde estos interrogantes se habrán disipado cuando llegue a su fin la temporada 2011 del rugby de cuyo.
Por: Andrés Ruiz
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