Cosas del destino. El título le había sido esquivo la fecha pasada. Pero en esta ocasión se adueñaron de la corona.
Universitario cayó ante Cardenales por 32 a 26, pero por esos puntos bonus sumados, dio su vuelta olímpica número 22. Estaba marcado: el que convertiría el try sería Diego Ternavasio, hombre de mil batallas y con más de media docena de títulos con las Serpientes.
Hinchas y jugadores se abrazaron cuando al minuto 14 del complemento la Boga Ternavasio apoyó en el ingoal rival. Muchos pensaron en la temporada pasada, cuando compartieron el título con Lawn Tennis después de llevar muchos puntos de ventaja. Muchos pensaron en aquellas fechas con derrotas frente a Lince y Huirapuca, cuando algunos decían que se caía. Muchos pensaron en el duro camino recorrido. O quizás no pensaron, sintieron un cosquilleo en las venas por los deseos de llevar el festejo al club, en Ojo de Agua.
Uni fue campeón porque tiene el mejor plantel. Fue el que mejor jugó y es señalado por todo el ambiente rugbístico del norte argentino como un ejemplo. Cuatro títulos en seis años no es una casualidad. Más para un club que quiere convertirse en un modelo de formación de talentos y actúa en consecuencia.
Uni fue campeón porque supo trasladar al campo de juego todas esas virtudes.
Cosas del destino. La suerte quiso que el campeón festeje ante su gente y en su club. Jugará el domingo contra Gimnasia y Tiro de Salta en Ojo de Agua.
Allí habrá fiesta y un partido de rugby. Después todos se juntarán en el corazón del club y contarán anécdotas de la campaña. Sobre el final de la noche levantarán la copa y brindarán por otro equipo más que estuvo a la altura de la gran historia de Universitario.
Por: Juan Urchevich
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