Hindú venció 104 a 0 a la formación alternativa de Pueyrredón y culminó primero en su zona.
Frente a un rival encumbrado en la cima del torneo local, y reconocido por la jerarquía de sus figuras desequilibrantes, la presentación de un equipo alternativo puede culminar en scores adversos muy abultados, que de goleada pasan ya el límite del absurdo, dejando sin sentido el desarrollo mismo del encuentro. Ya sucedió en la primera fecha de Nacional, cuando el SIC aplastó por 101 a 0 a un Pucará integrado en su mayoría por juveniles. El mismo caso se dio ayer, en la victoria de Hindú sobre Pueyrredón por 104 a 0, la mayor diferencia en enfrentamientos entre ambos.
La impecable función de Hindú, de claro nivel superlativo, pierde toda relevancia frente al desánimo de los hombres que jugaron para el improvisado equipo de Pueyrredón, que por no presentar su mejor formación – realizó 9 cambios- sucumbió ante el poderío del rival.
“Esto se dio por necesidad, no por cuidar jugadores. Si bien en algunos casos eran lesiones leves, todos los ausentes tenían alguna molestia. Tenemos un plantel reducido y sólo hace dos años viene jugando en el primer nivel. También hay que ser sinceros y decir que si hubiera sido una instancia decisiva, algunos podrían haber jugado, pero desde el empate con La Tablada dimos por descartada la lucha por el torneo Nacional”, explicó Julio Lachavanne, entrenador de Pueyrredón, al justificar la decisión del conjunto de Boulogne.
Lo concreto es que por más variantes que se busquen en la elaboración del calendario, es evidente que los clubes chicos, de planteles limitados, tienen serios problemas para afrontar el torneo federal. El inconveniente es mayor si se considera que a fines de temporada, cuando ya están alejados de la lucha por las semifinales de la URBA, estos equipos buscan precisamente quedar entre los ocho mejores para participar en la competencia de la UAR.
Frente a Hindú, los rivales intentar entablar un duelo parejo y mantener el ritmo durante el mayor tiempo posible; pero nada de eso pudo hacer ayer Pueyrredón. Los backs del local se encontraron con una defensa sin ensamblar y, literalmente, desnivelaron en cada situación favorable. No resultó extraño entonces que ya en el primer minuto Claudio Buezas anotara su primer try de la tarde. Luego llegaron siete conquistas más en favor de Hindú, que cerró el parcial en 52 a 0.
En la segunda mitad, los dirigidos por Patricio Noriega sumaron ocho nuevos tries (Gauthier sumó un total de 5) y definieron la goleada.
“Es otro desafío jugar ante un rival que está desanimado, pero creo que la mejor forma de respetarlo es jugar con la misma intensidad hasta el final”, sintetizó Francisco Bosch, otra de las figuras de Hindú. “Desde que conocimos la formación ya imaginamos el resultado. Hindú ganó porque tomó el encuentro con seriedad”, comentó Agustín Philip, medio scrum de Pueyrredón.
Por Andrés Moreno
Para LA NACION