Tucumán está empecinado en ganar todo lo que se le cruce. Ya se quedó con el Cross Border y el Argentino 2010. Ahora quiere repetir en el primer torneo del año. Y para eso, demuestra a cada paso que será difícil arrebatarle el título de campeón.
En el último encuentro de la zona del Plata, una especie de semifinales, vapuleó a Rosario por 48 a 21 y se metió en la final. Será contra el mismo rival de la definición del año pasado: Córdoba. Pero esta vez en Tucumán, lo que convierte a la Naranja en el favorito a quedarse con el campeonato.
El choque contra los rosarinos no tuvo equivalencias. Con las vueltas de 6 de sus jugadores titulares que, por diferentes razones no habían estado en Uruguay, armó el mejor equipo que pueda parar hoy en cancha (sin los 7 Pampas en Sudáfrica). Y eso fue demasiado para Rosario. El marcador es elocuente. Y el inicio del cotejo lo fue más. La Naranja salió con todo y a los 20 minutos ya había perforado 3 veces la defensa y apoyado en el ingoal rival. Lucas Barrera Oro, fundamental en esta nueva versión de rugby más abierto y Dino Cá-ceres por 2 llegaron a destino y el centro Santiago Chavanne aportó la frutilla del postre con las conversiones, un try-penal y un penal. Así Tucumán se fue al descanso con un lapidario 31 a 0 y la sensación flotando en “La Caldera del Parque” de que si seguía con la misma convicción, el marcador podría tomar connotaciones escandalosas.
En el segundo tiempo el dominio fue más repartido. Rosario empujó con sus forwards y demostró mucho amor propio. Aún ante un rival que se sabía superior, pero que cedió terreno ante la presión del visitante. Aún así, los rosarinos demostraron mucha endeblez en las formaciones fijas, sobre todo en el scrum, en donde Tucumán aprovechó para contener la embestida foránea. Hubo tres tries rosarinos que decoraron el marcador, producto de Franco Massuco y de Pablo Iguri en dos oportunidades.
Pero los casi 38 grados de calor en el que se disputó el partido dejaron sin piernas a los rosarinos, que sin embargo se despidieron del torneo dejando una digna imagen. Por su parte, los tucumanos ya preparan la batalla final. Será frente a los cordobeses, viejos conocidos, y otra vez en “La Caldera”. Ambos equipos vienen definiendo torneos en los últimos tres años. En el 2009, Córdoba le propinó una dolorosa derrota por 15 a 12 en la final del argentino. El año pasado, le tocó el turno a la Naranja en la Cross Border. Hay ánimo de revancha desde ambos lados y un gran interrogante: ¿cómo reaccionará Tucumán en un partido decisivo con su nuevo estilo de juego? El sábado se sabrá la respuesta.
Por: Juan Urchevich
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