En la previa de la gran final del torneo de la URBA, Francisco Díaz Bonilla y Martín Bottini, wingers de Hindú y Alumni, respectivamente, hablaron con LANACION.com sobre todo lo que genera volver a enfrentarse en una definición por el título.
A un par de días de la gran final del torneo de la URBA, LANACION.com juntó a los dos N°11 que el sábado irán en busca de la máxima corona del rugby argentino. A pesar de la rivalidad entre Hindú y Alumni -que reeditarán la final del año último-, tanto el Zorro Díaz Bonilla como Martín Bottini hicieron culto del fair play y dialogaron amenamente acerca de la definición en Ferro.
Las coincidencias entre ambos wingers aparecen no bien se empieza a hablar sobre los favoritismos y lo que genera jugar partidos definitorios como una definición. "Las finales son partidos distintos", acuerdan ambos. Para explicar más a fondo qué cuestiones son importantes en estos casos, Martín Bottini aporta una visión interesante: "Va a ganar el que mejor esté de la cabeza y el que mejor haga las cosas ese día." Díaz Bonilla también hace hincapié en el desarrollo del juego: "Lo importante es ir leyendo el partido sobre la marcha."
Hindú y Alumni repetirán la final jugada el año pasado, donde los de Don Torcuato ganaron 20-5 y consiguieron su tercer título en la URBA. Para Díaz Bonilla, autor de dos conquistas en aquella final, no cuentan los antecedentes. "La experiencia de haber ganado un título no cuenta para este partido. Hay que tratar de no pensar en la estadística", se sincera el Zorro. Para el wing de Alumni, en cambio, se trata de una suerte de desquite. "El tema de la revancha está constantemente en la cabeza de todos, pero ya pasó. Hay que tratar de no pensar en lo que fue el año pasado", afirma contundentemente Bottini.
Las perlitas del encuentro
Puntualidad rojiblanca. Todavía no se había cumplido la hora pactada para la cita y Martín Bottini ya estaba en el edificio de LA NACION. Faltaban todavía unos minutos para las 14 y, mientras aguardaba por la llegaba de Francisco Díaz Bonilla, uno de los wingers de Alumni tuvo un encuentro que no esperaba: se topó con un profesor suyo de la carrera de contador.
Fair play. Tras el insólito cruce, apenas retrasado, irrumpió en la escena el Zorro. Díaz Bonilla apuraba el paso para cruzar la plaza Roma, con una camiseta de Hindú sobre uno de sus hombros. Llegó y estrechó su mano para saludar a Bottini, un gesto que probablemente se repita pasado mañana en la cancha de Ferro, cuando Hindú y Alumni se enfrenten para definir quién será el rey de la URBA.
El dueño de la pelota. Mientras ambos caminaban rumbo al lugar elegido para la producción fotográfica, la charla giró en torno al gran match que se viene, además de los comentarios sobre las semifinales que ya pasaron a la historia. Cada uno se calzó la camiseta de su club y los flashes se empezaron a suceder. También, la cámara de video retrataba el momento. Bottini fue el primero en agarrar la pelota. Jugaba con ella, hacía malabares. "¿Las vas a largar un ratito?", preguntó entre risas Díaz Bonilla y ambos quedaron unidos por la ovalada.
Curiosas miradas. Los transeúntes que apuraban el paso por Lavalle en el cálido mediodía en el Microcentro miraban e intentaba descifrar quiénes eran esos dos muchachos. Si los Pumas con su excelso Mundial, en Francia, lograron tutearse con la gente, se nota que al rugby de la URBA aún le falta dar un paso más para conquistar a los hinchas. La mayoría observaba, pero quizá muy pocos reconocían ambas casacas. Otra vez alguien conocía a Bottini: un joven que justo caminaba por ahí lo saludó.
"¿Para dónde vas?". El último flash se activó en Lavalle y 25 de Mayo. Finalizada la producción fotográfica, Bottini y Díaz Bonilla abandonaron juntos el edificio de LA NACION. "¿Para dónde vas, Zorro?", preguntó el de Alumni. Y los dos caminaron hacia el mismo lado, una imagen que, difícilmente, se repita pasado mañana, cuando sólo uno de ellos festejará en Caballito.
Entrevista: Pablo Hacker y Santiago Peluffo Soneyra
Fotos: Ricardo Pristupluk
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