Después de perder por problemas financieros a tres equipos en un año, Wasps, Worcester y London Irish, y de ver cada vez más cómo algunas de las figuras eligen partir al Top 14, la RFU se prepara para un anuncio como parte de una nueva alianza con la Asociación de Jugadores Profesionales.
Según Telegraph Sport, la principal propuesta limitará a los clubes a tener un plantel con, máximo, 35 jugadores profesionales y otros 12 jugadores estarán clasificados en un grupo de “transición”, desde las academias.
Se entiende que limitar el número de jugadores sénior y de la cantera que puede tener un club es una de las principales recomendaciones de los asesores del Ministerio de Cultura, Medios de Comunicación y Deporte, Ralph Rimmer y Chris Pilling, nombrados el verano pasado por el Gobierno para crear una liga más sostenible.
La reducción de 13 a 10 equipos significa que ya no se sobrepone tanto el rugby internacional con el de los clubes, por lo que no hay necesidad que los equipos cuenten con planteles abultados.
El objetivo de imponer un límite máximo no es sólo controlar los costos, sino también animar a los equipos a confiar más en sus jugadores de la cantera, en lugar de depender de veteranos para cubrir huecos. La falta de minutos de juego de los jóvenes jugadores ingleses es una de las principales preocupaciones de Bill Sweeney, director ejecutivo de la RFU.
Mientras que algunos clubes que tradicionalmente han tenido planteles pequeños, como Sale Sharks y Northampton Saints, no se verían afectados por este cambio, equipos como Bath, que cuenta con un total de 73 jugadores senior y de la academia, y Harlequins, que tiene 47 jugadores senior, tendrían que hacer recortes significativos en las próximas temporadas.
“Hay que dar en el clavo”, afirma una fuente cercana a las negociaciones. “No quieres que tu plantel sea demasiado pequeño y que los jugadores jueguen demasiado, pero tampoco quieres que sea demasiado grande y que los jugadores no jueguen nunca. Hay equipos de 70 y en ellos hay entre 10 y 15 jugadores que juegan menos de cinco partidos por temporada. Eso no ayuda a nadie”.
El grupo de transición tendría su propio tope salarial, mientras que los clubes contarían con otra clase de “novatos” para las categorías sub-20 y sub-19, hasta un máximo de 15 jugadores.
El controvertido desarrollo de la Premiership 2 en lugar de la Championship y la racionalización de los números dentro de las academias, junto con la introducción de un sistema de draft, son también medios para garantizar que los jugadores más jóvenes reciban más tiempo de juego. Se reconoce que algunos clubes se benefician de forma desproporcionada del actual sistema de captación de las academias, que les lleva a acaparar a jóvenes jugadores de talento con un camino muy estrecho hacia el rugby regular en el primer equipo, que es el ingrediente más crítico para su desarrollo.
“Los clubes tienen que identificar a los jugadores con posibilidades reales de despegar”, añade la fuente. “Además, si se restringe el número de jugadores, otros clubes pueden hacerse con algunos de esos talentos que, de otro modo, estarían guardados. No querríamos que un montón de jóvenes aperturas hicieran cola detrás de Marcus Smith en Harlequins porque él estará allí en un futuro previsible y ellos simplemente no jugarán”, concluyó.
Telegraph Sport
Créditos: @gloucesterrugby