Agónico, sobre la hora, con el último suspiro, La Tablada se quedó en tiempo de descuento con la victoria.
Apremiados por el buen rendimiento del Jockey Club, los de Barrio Urca debieron apelar a sus mejores trucos para resolver positivamente su incursión por Villa María.
Con un primer tiempo casi perfecto, con un perfil dominante, efectivo, superior sobre el rival, el verde villamariense pintaba como el potencial ganador de un pleito que lo tenía con más propuestas en el juego, más incisivo en la ofensiva y más preciso en la definición.
Su invitado, a pesar de haber arrancado con todo, carecía de las luces necesarias para demostrar por qué fue el campeón en la temporada anterior. Con una propuesta escasa, poniendo todas las fichas sólo al progreso de el maul dinámico como ariete y la penetración posterior de forwards en la cercanía de las formaciones, La Tablada se topaba con un planteo distinto, a cargo de un dueño de casa, que lo neutralizaba en la opción elegida como ataque, recuperaba la posesión, progresaba con corrección y encima le marcaba puntos. Con parcial favorable, el hípico cerraba un primer capítulo sin dudas ideal.
Sin embargo al encuentro le faltaban 40 minutos y, lejos de entregarse, los cordobeses disminuyeron notablemente sus problemas de funcionamiento para comenzar a reducir la brecha en puntos hasta liderar en el tanteador. En veinte minutos, fatales para los locales y gloriosos para la visita; los de barrio Urca remontaron el encuentro y desnudaron las falencias de los dirigidos por Pigni-Nonis en la obtención.
Con problemas en la hilera y en el scrum, sumado a los desaciertos de criterio reglamentario del árbitro Tizón, el Jockey Club se enredó, perdió el control del balón y quedó propenso al sometimiento de un equipo con una experiencia innegable, de yapa, la dupla técnica visitante hizo ingresar a dos de sus históricos: Muñoz y Rodríguez Araya que con su aporte en la cocina equilibraban la lucha por el lado de los delanteros.
Con este panorama la sentencia parecía más que próxima. Jugando en campo hípico y apelando a la puntería de Heredia los azulgrana se encaminaban hacia el triunfo final. De todos modos la reacción del Jockey al fin llegó cuando en electrizante ataque Peralta, resolvería con solvencia un ataque, decretando el empate. A dos minutos del final, Ferreyra desperdiciaría una oportunidad más de las que tuvo durante el partido, quizás la más importante. Dueños de la última opción de la tarde a los verdes se les presentaba la disyuntiva de conformarse o arriesgar, las ganas del triunfo desencadenaron un final poco feliz para el quince villamariense. Recuperando el balón los cordobeses se lanzaron en un ataque que forzó el error del fondo de Jockey Club y la victoria final del fantasmal campeón del Torneo edición 2003.
Por Fernando de Goyccoechea // Villa María