Córdoba Athletic se quedo con el clásico de la zona sur de nuestra capital, luego de vencer al Jockey Club Córdoba por 16 a 11. De esta manera la Turtle Cup, trofeo que se pone en juego cada vez que juegan estos dos equipos, no salio de la institución roja y negra.
Muchas veces se dice que los clásicos tienen un sabor especial y no importa como llegan los equipos a este partido. Disputadas seis fechas, los dos llegaban a este derby con la misma cantidad de partidos jugados, ganados y perdidos. Esto hacía pensar que el clásico con más historia de la zona sur de nuestra ciudad tendría un sabor especial por como llegaban a este encuentro.
El color y el marco que se pudo ver en barrio Jardín Espinosa fue bárbaro. Ya sea por el excelente estado de la cancha la cual se re inauguró luego de ser sembrada, hasta la convocatoria de gente quien se hizo presente de manera multitudinaria. Todo estos condimentos hicieron que el clima de clásico se sintiera desde temprano en los alrededores de estos dos clubes.
Lo que no estuvo a la altura de las circunstancias fue el desempeño que tuvieron los treinta jugadores durante los ochenta minutos. Ni el actual campeón del rugby de Córdoba, ni el XV de la herradura, demostraron un buen nivel de rugby. Las impresiciones, la desprolijidad y la mala toma de decisiones fueron constantes desde el inicio.
En la primera mitad los dueños de casa demostraron mucha contundencia. En cada oportunidad que cruzaron a campo rival se volvieron con puntos. Los de camiseta roja y negra llegaron al try por la vía del centro Agustín Simó, quien por el nivel que mantuvo en todo el partido, se transformó en uno de los mejores jugadores de la cancha. Otro que sumó puntos en el 15 local fue el fullback Miguel González que marcó un penal.
Jockey en los primeros cuarenta minutos dio mucha pelea por el lado de sus jugadores más pesados. Otra vez se destacaron Alejandro Allub y Francisco Panesi al igual que Matías Palacio. Quizás si Jockey se hubiera animado a jugar un poco más de manos, seguramente las cosas hubieran sido un poco más parejas. Los del country, se abusaron en la utilización del pie y para colmo nunca lo hizo de manera sólida.
En la segunda mitad el partido entró en un pozo en donde los dos cometieron muchos errores de manejo y los jugadores que debían tomar decisiones estuvieron por debajo de su nivel en ambas escuadras. Solo había que esperar a que alguien se anime hacer algo distinto y al primero que se le prendió la “lamparita” fue al n° 10 de camiseta roja y blanca, Jorge Fiori. El apertura tomó una pelota cerca de los 22 metros de Athletic y al mejor estilo Jonny Wilkinson, cruzó un zapatazo de costa a costa el cual terminaría en las manos del wing Juan Pablo Chumbita quien no tuvo más que apoyar en el ingoal visitante. Con esta conquista el resultado quedaba igualado y por como se estaban dando las acciones estaba bien.
Pasaron casi 20 minutos de aquel try de Chumbita y Athletic tuvo su momento y lo aprovechó. Andrés Guillamondegui que había tenido una tarde para el olvido, tomó una pelota, se jugó un sombrerito para él mismo terminanado desparramado en el ingoal de Jockey y así estirando un poco más las diferencias. Después de ahí el juego se puso atractivo por la adrenalina que emanaban cada uno de los jugadores.
Faltando cinco minutos para el final, Miguel González para Córdoba Athletic y Jorge Fiori para Jockey, dieron cifras definitivas con un penal cada uno dejando el resultado final en favor de los ingleses por 16 a 11. Por último si hacemos un resumen de lo que paso en este clásico, estuvo bien que la tortuga que se quedara en Jardín Espinosa.
Por Martín Quetglas
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